Un recorrido por la vida de una aristócrata alemana en España y sus recuerdos más entrañables.

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Un nuevo comienzo en Marbella
Gunilla von Bismarck, descendiente de la aristocracia alemana, decidió establecerse en España en 1961. Su elección fue Marbella, un lugar que pronto se convertiría en sinónimo de glamour y exclusividad. En esta ciudad, Gunilla no solo encontró un hogar, sino también un espacio donde su personalidad y estilo de vida se fusionaron con la vibrante jet set marbellí.
Durante su estancia, se convirtió en un rostro familiar en los círculos sociales más destacados, disfrutando de una época dorada que marcó la historia de la localidad.
El amor y la amistad con Luis Ortiz
En Marbella, Gunilla conoció a Luis Ortiz, un carismático relaciones públicas que capturó su corazón.
La pareja se casó en 1978 y juntos formaron una familia, dando la bienvenida a su único hijo, Francisco. Sin embargo, su relación no estuvo exenta de desafíos. En 1989, decidieron separarse, un paso que sorprendió a muchos. A pesar del divorcio, Gunilla ha compartido que su amor por Luis nunca desapareció; más bien, evolucionó hacia una profunda amistad. «Nuestro amor cambió, pero no le dejé de querer», confesó, reflejando la complejidad de sus sentimientos.
Recuerdos y reflexiones de una vida plena
A lo largo de los años, Gunilla ha vivido momentos de felicidad y tristeza. La pérdida de sus padres marcó un capítulo difícil en su vida, pero siempre ha mantenido un cariño especial por Luis, a quien considera una parte fundamental de su historia. «Lo que más echo de menos de esa vida es a él. Yo estaba para él y él estaba para mí», recuerda con nostalgia. A pesar de los altibajos, Gunilla ha disfrutado de una vida rica en experiencias, viajando entre Suiza y Andalucía, y manteniendo una conexión con sus raíces alemanas.
Un estilo de vida saludable y divertido
Gunilla también ha sido clara sobre su estilo de vida. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, nunca ha tenido afición por el alcohol, el tabaco o las drogas. «Nunca he bebido, ni fumado, ni tomado drogas y no me gustan los tatuajes», afirma con una sonrisa. A pesar de ello, ha disfrutado de su vida social y ha encontrado maneras de divertirse sin necesidad de excesos. Su hijo Francisco, que ha seguido su ejemplo, también ha optado por un estilo de vida saludable. Gunilla bromea diciendo que Luis ha disfrutado de las experiencias por los dos, mostrando su sentido del humor y su enfoque positivo ante la vida.