La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, ha lanzado un mensaje claro en Madrid: es hora de que Europa amplíe su apoyo en seguri...

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La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, ha lanzado un mensaje claro en Madrid: es hora de que Europa amplíe su apoyo en seguridad y defensa. Durante su intervención en los Desayunos del Ateneo, Calviño enfatizó que hay un amplio margen para invertir en estos sectores, un giro que podría redefinir la arquitectura de defensa del continente.
Con un contexto geopolítico en constante cambio, la necesidad de adaptarse se hace cada vez más evidente.
La importancia de las fusiones transfronterizas en Europa
Calviño fue interrogada sobre las recientes operaciones de adquisición, como la opa sobre el BBVA y el Banco Sabadell.
Aunque esquivó ofrecer una respuesta directa, dejó entrever que las fusiones transfronterizas son vitales para lograr un mercado de capitales verdaderamente integrado en la UE. “Es una de nuestras prioridades”, afirmó, refiriéndose a los informes de figuras influyentes como Letta y Draghi. La presidenta del BEI se comprometió a contribuir a la creación de este mercado, un paso crucial para la competitividad europea.
En un entorno donde los desafíos económicos son constantes, la presidenta destacó que el BEI tiene la intención de duplicar su financiación para proyectos de defensa y seguridad en 2024. “Este año vamos a más que duplicar esta financiación”, sentenció. Con 2.000 millones de euros en juego, la institución busca responder a las prioridades europeas como la sostenibilidad y la innovación, sin dejar de lado la urgencia militar.
Inversión en inteligencia artificial y sostenibilidad
En su ambicioso plan, Calviño mencionó que se destinarán 250.000 millones de euros hasta 2027 para impulsar áreas como la inteligencia artificial, las infraestructuras militares y la transición verde. Este enfoque permitirá que 1.000 nuevos “campeones europeos” se sumen a los 3.000 que ya existen. “Es el momento de Europa y vamos a hacer todo lo posible para aprovecharlo”, insistió, subrayando la transformación que se requiere en el continente.
El BEI, que ha pasado de tener una presencia casi simbólica en cuestiones de defensa a involucrarse activamente en instalaciones militares y programas de I+D, se encuentra en una posición única. Con un balance de 600.000 millones de euros y una calificación crediticia de ‘AAA’, la institución está lista para jugar un papel clave en la reconfiguración del “nuevo orden mundial”.
Desafíos en la independencia energética
Sin embargo, Calviño no eludió las complejidades del panorama europeo. “Europa no puede seguir dependiendo de otras jurisdicciones en temas como energía o chips”, advirtió. La presidenta abogó por una estrategia unificada que contemple la racionalización del gasto militar y la cooperación en defensa, similar a lo que se ha hecho con la agricultura o el carbón y el acero.
La necesidad de un control más riguroso sobre la exportación e importación de armas se presenta como un tema candente. Si Europa quiere tener una política de defensa unificada, es crucial que se establezcan mecanismos claros y eficientes.
El futuro de la energía nuclear y fósiles
En cuanto a las energías, Calviño reveló que actualmente no se financia ninguna nueva planta nuclear, aunque sí se apoyan proyectos relacionados con tecnologías nucleares. “No estamos apoyando energías fósiles per se, pero sí iniciativas con aprovechamientos a futuro”, explicó, refiriéndose a los gaseoductos que podrían reutilizarse para el hidrógeno verde.
Con una postura firme y un plan ambicioso, Calviño deja claro que el futuro de Europa no puede ser incierto. La urgencia por actuar es palpable, y los próximos pasos que dé el BEI serán observados de cerca. ¿Logrará Europa la integración necesaria para enfrentar los desafíos del siglo XXI? La respuesta a esta pregunta se mantiene en el aire, pero el tiempo para decidir es ahora.