La exministra de Igualdad, Irene Montero, ha lanzado una dura acusación contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras su procesamiento po...
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La exministra de Igualdad, Irene Montero, ha lanzado una dura acusación contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras su procesamiento por el Tribunal Supremo. Según Montero, esta situación evidencia la existencia de «sectores golpistas» que operan dentro de la judicatura española, tomando decisiones que, a su juicio, son «absolutamente antidemocráticas».
Un juicio controvertido
Montero realizó estas declaraciones en un acto público, donde criticó la decisión del magistrado Ángel Hurtado de abrir un juicio contra García Ortiz por un presunto delito de revelación de secretos que afecta a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Este hecho ha generado un gran revuelo en el ámbito político y judicial.
La sombra del golpismo
Para Montero, el hecho de que el fiscal general esté siendo juzgado refleja un problema más profundo en la estructura del poder en España. “Aquí hay golpistas que tienen el poder de decidir sin haber sido elegidos y de gobernar incluso sin estar en el poder”, afirmó, dirigiendo su crítica hacia los sectores más reaccionarios de la judicatura, que, según ella, están «atrincherados» en el sistema.
La guerra sucia judicial
En su discurso, la exministra no se detuvo ahí. También arremetió contra el Gobierno y el PSOE, a quienes acusó de ser cómplices de esta «guerra sucia» judicial. Montero no dudó en calificar de «irresponsable» la actitud del Gobierno, especialmente por su acuerdo con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Para ella, este pacto ha facilitado la ofensiva contra la ley ‘solo sí es sí’, que busca proteger a las víctimas de violencia de género.
Una herida de muerte a la democracia
Montero advierte que la situación actual representa una «herida de muerte a la democracia». Sus palabras resuenan con fuerza en un contexto donde la política española se encuentra polarizada. “No podemos permitir que esto continúe. Desde Podemos estamos tratando de construir una izquierda fuerte que desafíe el bipartidismo, que siempre deja a los golpistas actuar a sus anchas”, enfatizó, dejando claro que la lucha por la democracia está lejos de terminar.
Un futuro incierto
La tensión en el panorama político es palpable. La figura de Montero ha cobrado relevancia en este debate, convirtiéndose en una voz crítica que no teme señalar lo que considera abusos de poder. ¿Cómo se desarrollará esta historia? La presión sobre la judicatura y el Gobierno se intensifica, mientras los ciudadanos observan, preocupados por el futuro de la democracia en su país.
Este capítulo en la política española no es solo un juicio; es un reflejo del clima de incertidumbre que reina y de las luchas internas que han comenzado a salir a la luz. ¿Logrará la izquierda unirse frente a los desafíos que se avecinan? Las respuestas están aún por llegar, y la historia continúa escribiéndose.
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La exministra de Igualdad, Irene Montero, ha lanzado una dura acusación contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras su procesamiento por el Tribunal Supremo. Según Montero, esta situación evidencia la existencia de \»sectores golpistas\» que operan dentro de la judicatura española, tomando decisiones que, a su juicio, son \»absolutamente antidemocráticas\».
Un juicio controvertido
Montero realizó estas declaraciones en un acto público, donde criticó la decisión del magistrado Ángel Hurtado de abrir un juicio contra García Ortiz por un presunto delito de revelación de secretos que afecta a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Este hecho ha generado un gran revuelo en el ámbito político y judicial.
La sombra del golpismo
Para Montero, el hecho de que el fiscal general esté siendo juzgado refleja un problema más profundo en la estructura del poder en España. “Aquí hay golpistas que tienen el poder de decidir sin haber sido elegidos y de gobernar incluso sin estar en el poder”, afirmó, dirigiendo su crítica hacia los sectores más reaccionarios de la judicatura, que, según ella, están \»atrincherados\» en el sistema.
La guerra sucia judicial
En su discurso, la exministra no se detuvo ahí. También arremetió contra el Gobierno y el PSOE, a quienes acusó de ser cómplices de esta \»guerra sucia\» judicial. Montero no dudó en calificar de \»irresponsable\» la actitud del Gobierno, especialmente por su acuerdo con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Para ella, este pacto ha facilitado la ofensiva contra la ley ‘solo sí es sí’, que busca proteger a las víctimas de violencia de género.
Una herida de muerte a la democracia
Montero advierte que la situación actual representa una \»herida de muerte a la democracia\». Sus palabras resuenan con fuerza en un contexto donde la política española se encuentra polarizada. “No podemos permitir que esto continúe. Desde Podemos estamos tratando de construir una izquierda fuerte que desafíe el bipartidismo, que siempre deja a los golpistas actuar a sus anchas”, enfatizó, dejando claro que la lucha por la democracia está lejos de terminar.
Un futuro incierto
La tensión en el panorama político es palpable. La figura de Montero ha cobrado relevancia en este debate, convirtiéndose en una voz crítica que no teme señalar lo que considera abusos de poder. ¿Cómo se desarrollará esta historia? La presión sobre la judicatura y el Gobierno se intensifica, mientras los ciudadanos observan, preocupados por el futuro de la democracia en su país.
Este capítulo en la política española no es solo un juicio; es un reflejo del clima de incertidumbre que reina y de las luchas internas que han comenzado a salir a la luz. ¿Logrará la izquierda unirse frente a los desafíos que se avecinan? Las respuestas están aún por llegar, y la historia continúa escribiéndose.
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