El partido entre Boca Juniors y Benfica en el Mundial de Clubes fue un espectáculo lleno de giros dramáticos y una afición apasionada.
Temas cubiertos
El Mundial de Clubes se viste de gala con la participación de equipos como Boca Juniors, que no solo aportan su calidad futbolística, sino también una pasión desbordante en la grada. En el Hard Rock Stadium de Miami, alrededor de 40.000 hinchas xeneizes transformaron el lugar en una auténtica Bombonera, creando un ambiente electrizante que se sintió en cada rincón del estadio.
Inicio del partido: abrazos y pitidos
El encuentro comenzó con un emotivo abrazo entre Di María y el entrenador de Boca, Russo. Dos rosarinos con una historia que, aunque no se cruzó en Rosario Central, se aprecian mutuamente. Sin embargo, la conexión no fue la misma para Otamendi, quien fue silbado por la afición de Boca desde el primer momento.
La primera mitad fue un reflejo de un partido de alta tensión, donde Boca, aunque no generó muchas oportunidades, fue efectivo en las pocas que tuvo.
Los goles que cambiaron el rumbo
Los goles de Boca llegaron en un momento clave, justo tras la lesión de Ánder Herrera, quien se ha visto marcado por infortunios en su corta trayectoria en el club. El primero, obra de Merentiel, llegó en el minuto 21 gracias a una jugada por la banda izquierda. El segundo, en el 27, fue un resultado de un córner que terminó en la red tras un par de intentos. Con dos goles a favor, Boca se replegó aún más, dejando a Benfica manejar la posesión y buscar el empate.
Un partido lleno de tensión y decisiones arbitrales
El juego se tornó más físico en la segunda mitad. Benfica, desesperado por igualar, comenzó a cometer faltas, y la frustración se palpaba en el ambiente. La situación se complicó aún más para ellos cuando Belotti recibió una tarjeta roja tras una falta en el minuto 70, dejando a su equipo con diez hombres. Pero el plan de Boca se desmoronó inesperadamente: con un jugador más, se sintieron seguros y comenzaron a menospreciar a un Benfica que no se rendía fácilmente.
El empate que sorprendió a todos
En el minuto 84, Benfica logró el empate tras un córner ejecutado por Otamendi, quien celebró efusivamente entre los hinchas bosteros. El ambiente cambió de golpe; la confianza de Boca se evaporó y la presión sobre ellos aumentó. Aún así, el desenlace fue aún más caótico, ya que Figal fue expulsado en el minuto 87, dejando a Boca con diez jugadores también. El partido se convirtió en un auténtico thriller, donde ambos equipos luchaban por no perder.
Un futuro incierto para ambos equipos
Con el empate en el aire, la atención se centra ahora en el próximo enfrentamiento contra Auckland. ¿Cómo afectará este resultado a la diferencia de goles? ¿Podrá Benfica sorprender al Bayern en su próximo partido? La afición de Boca, a pesar de la decepción, sigue soñando con la posibilidad de avanzar en el torneo. El ‘gallina’ Otamendi logró silenciar a los bosteros en Miami, pero la historia apenas comienza.
