Il risotto alla milanese è un piatto che racconta la storia di Milano attraverso i suoi sapori.
Imagina estar rodeado por el envolvente aroma de un caldo humeante, mientras el arroz absorbe lentamente los sabores ricos del azafrán. El risotto a la milanesa no es solo un plato, es una experiencia sensorial que despierta el apetito y evoca recuerdos entrañables.
Detrás de cada plato hay una historia, y el risotto a la milanesa tiene raíces que se remontan al siglo XIX. En aquel entonces, los maestros vidrieros de Milán, al utilizar el azafrán para teñir su vidrio, decidieron incorporar esta valiosa especia en su cocina.
¿El resultado? Un plato que se ha convertido en símbolo de la gastronomía milanesa.
Como chef he aprendido que la técnica fundamental para un risotto perfecto es la tostadura del arroz. Comienza con un sofrito delicado de cebolla en aceite de oliva virgen extra, añade el arroz Carnaroli o Arborio y déjalo tostar. Este paso es crucial para asegurar la consistencia y cremosidad adecuadas.
La elección de los ingredientes es fundamental: siempre utiliza filiera corta para el caldo y el azafrán, asegurando sabores auténticos y sostenibles. El terroir lombardo se refleja en cada grano de arroz, que absorbe la humedad y los sabores del entorno.
No olvides mantecar el risotto con una generosa dosis de mantequilla y Parmigiano Reggiano, creando un equilibrio de cremosidad y salinidad que hace danzar las papilas gustativas. El paladar no miente nunca: el risotto a la milanesa es un abrazo cálido que narra historias de tradición y pasión.
Te invitamos a probar esta receta en casa, disfrutando de cada paso y permitiendo que tu paladar se pierda en la magia de un gran clásico de la cocina italiana.
