Descubre cómo Tere, una mujer de fe, navega por su destino romántico en un fascinante programa de citas.

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En la última edición de First Dates, Tere, una codificadora clínica de 49 años originaria de Tenerife, se presentó con un objetivo claro. El amor es un camino incierto, y ella estaba dispuesta a explorarlo. Sin embargo, su corazón también sentía un fuerte llamado hacia la vida religiosa.
Si su experiencia en el programa no resultaba positiva, estaba lista para dedicar su vida a Dios.
Con una personalidad vibrante y pasiones que abarcan desde el surf hasta el baile, Tere es una mujer ecléctica. Sin embargo, su fe es el aspecto que más la define en este momento de su vida.
Su encuentro con Carlos Sobera, el presentador, dejó claro que había una gran responsabilidad en juego: encontrar su pareja ideal o tomar una decisión trascendental.
Un encuentro revelador en la cena
La cita de Tere fue con Julio, un técnico de mantenimiento de 52 años de Lanzarote. Desde el primer instante, Julio mostró un interés físico hacia Tere, aunque no dudó en manifestar que su aspecto físico no cumplía con sus expectativas. A pesar de sus reservas, no cerró la puerta a una conexión física: “Si surge, le doy cariño”, comentó, revelando su deseo de mantener una relación casual.
Las diferencias entre Tere y Julio
Mientras la conversación fluía en la mesa, Julio intentó impresionar a Tere con sus logros y experiencias. Se presentó como una persona única, pero su actitud fue percibida como un monólogo por Tere, quien deseaba un intercambio más equilibrado. “No hay una escucha activa”, comentó entre risas, sintiéndose cada vez más distante de su cita.
La conversación dio un giro inesperado cuando Tere se abrió sobre su vida espiritual. Compartió su reciente decisión de considerar la vida como monja, lo que dejó a Julio en estado de shock. “Me da miedo que después de conocerte, decidas dedicarte a Dios”, admitió, recordando una experiencia previa similar que lo había dejado atónito.
Reflexiones sobre el amor y la espiritualidad
Durante la cena, la tensión aumentaba. Tere, sintiéndose más auténtica, expresó sus creencias y cómo su fe la guiaba en la búsqueda del amor. “Señor, si no es para mí, mándame un hombre”, reflexionó, mientras Julio se preguntaba si podía estar a la altura de alguien con una visión de vida tan diferente.
Ambos llegaron a una conclusión inevitable: la falta de compatibilidad era palpable. Julio reconoció que no se sentía suficiente para alguien como Tere, quien veía como una mujer de altos estándares. Al final de la cita, decidieron no continuar juntos, aunque Tere se comprometió a presentarle a alguien más.
El dilema de Tere
La experiencia de Tere en First Dates fue un viaje emocional que la llevó a cuestionar no solo su búsqueda de amor, sino también su relación con su fe. Su historia es un testimonio de cómo las oportunidades de amor pueden surgir en los lugares más inesperados, y de cómo cada decisión que tomamos puede tener un impacto duradero en nuestras vidas.
Al cierre, Tere se sintió satisfecha con su experiencia, reiterando que aunque no encontró el amor en esta ocasión, el viaje fue valioso y la ayudó a definir su camino. En su mente, la búsqueda de un compañero y su compromiso con Dios no tienen que ser mutuamente excluyentes, sino que pueden coexistir en su vida.




