El ejercicio regular no solo mejora tu condición física, sino que también embellece tu piel de formas sorprendentes.

Temas cubiertos
El ejercicio físico no solo mejora la salud general, sino que también tiene un impacto significativo en la salud de la piel. La dermatóloga Ana Molina ha compartido valiosos conocimientos que revelan cómo el entrenamiento, tanto cardiovascular como de fuerza, influye en el cutis.
En este artículo, desglosaremos sus hallazgos para entender cómo cada tipo de ejercicio puede ayudarte a lucir y sentirte mejor.
La idea de que la piel puede beneficiarse del ejercicio puede parecer sorprendente, pero según Molina, los beneficios son evidentes.
Un rostro radiante tras una sesión de entrenamiento no es solo un efecto visual; es el resultado de un proceso físico real que ocurre en el cuerpo. A medida que el flujo sanguíneo aumenta durante el ejercicio, la microcirculación se activa, proporcionando un brillo natural a la piel.
El impacto del ejercicio en la piel
La especialista aclara que tanto el cardio como el entrenamiento de fuerza ofrecen ventajas significativas. Ambos tipos de ejercicio mejoran la circulación sanguínea y la oxigenación, lo que resulta en una piel más saludable y menos inflamada. “Ese brillo que muchos notan después de hacer ejercicio no es un mero efecto estético; es un reflejo de la salud interna”, afirma Molina.
Cardio versus entrenamiento de fuerza
Molina destaca que, aunque el cardio es conocido por sus beneficios inmediatos, el entrenamiento de fuerza también juega un papel crucial en la salud de la piel. Resultados de estudios recientes han demostrado que el ejercicio de fuerza no solo ofrece los mismos beneficios que el cardio, sino que también aumenta los marcadores de matriz extracelular, esenciales para la producción de colágeno y elastina. Estos componentes son fundamentales para mantener la firmeza y la elasticidad de la piel.
La matriz extracelular actúa como un andamiaje que sostiene la piel, y su fortalecimiento se traduce en un cutis más grueso y resistente. Comparando los efectos de ambos tipos de ejercicio, Molina explica que mientras el cardio mejora la resistencia, el entrenamiento de fuerza es el que realmente ayuda a “construir” la piel, tal como lo hace con los músculos.
Mejores prácticas para maximizar la hidratación
Además de los beneficios del ejercicio, la hidratación es clave para mantener la salud de la piel. Ana Molina ha compartido un truco esencial que puede duplicar la efectividad de las cremas hidratantes. Según ella, aplicar la crema justo después de salir de la ducha, en los primeros 60 segundos, puede reducir la pérdida de agua transepidérmica hasta un 60%. Este método, conocido como el truco del minuto, aprovecha la mayor permeabilidad de la piel en ese momento.
Consejos para una correcta hidratación
Para maximizar los beneficios de la hidratación, la especialista recomienda usar agua tibia y jabones suaves que no eliminen el aceite natural de la piel. Al mantener la grasita natural, se reduce la necesidad de productos hidratantes artificiales. Mantener la piel intacta durante la ducha es fundamental para preservar su salud. Así, la piel podrá retener mejor la humedad y evitar la sequedad.
Además, Molina sugiere combinar las cremas hidratantes con ingredientes antioxidantes como la vitamina C, que ayudan a combatir el daño ambiental y el estrés oxidativo. Sin embargo, enfatiza que la protección solar es la mejor defensa contra el envejecimiento cutáneo, ya que el sol es uno de los principales factores que contribuyen a la aparición de arrugas y manchas.
El ejercicio se presenta como un aliado poderoso para la piel. Incorporar tanto el cardio como el entrenamiento de fuerza en tu rutina y seguir prácticas adecuadas de hidratación puede resultar en un cutis más radiante y saludable. Cuidar de ti mismo desde adentro se refleja directamente en tu apariencia exterior.




