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Guía Actualizada para el Manejo de Infecciones Respiratorias 2025-2026: Estrategias Efectivas y Prevención

Las nuevas directrices tienen como objetivo optimizar la respuesta frente a virus respiratorios estacionales, garantizando una atención más efectiva y rápida para la salud pública.

La Comisión de Salud Pública ha publicado un nuevo Documento Marco de Recomendaciones con el objetivo de optimizar la gestión de las infecciones respiratorias agudas (IRAs) durante la temporada 2025-2026. Este documento surge a partir de las experiencias adquiridas durante la crisis del covid-19 y tiene como meta establecer un protocolo común que permita a todas las comunidades autónomas actuar de manera coordinada frente a los virus respiratorios.

Lecciones aprendidas y nuevos protocolos

Durante el año pasado, la ausencia de un protocolo unificado complicó la respuesta ante la circulación de la gripe, el covid y otros virus. No obstante, en una reciente reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), se alcanzó un consenso entre las comunidades autónomas para establecer un plan integral.

Este plan tiene como objetivo frenar la propagación de estos patógenos. El documento se fundamenta en las experiencias acumuladas y se alinea con las directrices del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sistemas de vigilancia y evaluación de riesgos

En la actualidad, se han puesto en marcha diversos sistemas de vigilancia diseñados para monitorizar en tiempo real la transmisibilidad, gravedad e impacto de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs). Uno de los más destacados es el SiVIRA, que recopila información sobre mortalidad diaria, cobertura de vacunación y ocupación hospitalaria. Esta recopilación de datos permite detectar cambios en la evolución epidemiológica de manera temprana y evaluar de forma continua el riesgo en cada comunidad autónoma.

Escenarios de riesgo y medidas recomendadas

El documento establece cuatro escenarios de riesgo, clasificados según los niveles de transmisibilidad y otros indicadores de salud. Esta clasificación resulta fundamental para adaptar las medidas de control a la situación epidemiológica específica de cada región. La implementación de estas recomendaciones debe llevarse a cabo de manera escalonada, asegurando que cada escenario incluya las directrices de niveles anteriores.

Medidas generales para la prevención

Las recomendaciones abarcan la difusión de información sobre la vacunación contra patógenos respiratorios. Es esencial fortalecer los sistemas de vigilancia y capacitar al personal sanitario. Se destaca la relevancia de asegurar una buena ventilación en los espacios, así como fomentar la higiene respiratoria y de manos. Además, se sugiere el uso de mascarillas quirúrgicas por parte de quienes presenten síntomas respiratorios, especialmente al interactuar con grupos vulnerables.

Adaptación a diferentes niveles epidémicos

En un contexto interepidémico, se aconsejan medidas preventivas generales, como la promoción de la vacunación y el seguimiento epidemiológico. Cuando se presenta un escenario epidémico de bajo o medio nivel, es fundamental intensificar las actividades de coordinación y comunicación con la ciudadanía. Asimismo, se refuerzan las recomendaciones sobre el uso de mascarillas en entornos donde hay personas más vulnerables.

Ante epidemias de alto nivel, es esencial adaptar los planes de continuidad asistencial para asegurar una respuesta efectiva. Esto implica la implementación generalizada de mascarillas en áreas comunes de los centros de salud y la revisión de las políticas de visitas en residencias. En situaciones de epidemia extremadamente alta, se activarán medidas extraordinarias de coordinación entre diferentes territorios para controlar la transmisión en grupos vulnerables.

Relevancia de la coordinación y vigilancia constante

La efectividad de estas recomendaciones radica en la coordinación eficiente entre los servicios de salud pública y el Ministerio de Sanidad, además de la evaluación periódica de la situación epidemiológica. Es fundamental prestar atención especial a entornos vulnerables, como las residencias de mayores y las unidades hospitalarias, donde la detección temprana y una respuesta ágil son esenciales.

Estas directrices proporcionan un marco valioso para anticipar y mitigar el impacto de las epidemias estacionales. Así, se mejora la preparación del sistema sanitario y se protege la salud de la población.


Contacto:
Sarah Finance

Ex trader Goldman Sachs, ora analizza mercati con occhio da insider. Unisce esperienza pratica e comunicazione.

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