La trayectoria de Mohamed Ziane destaca las complejas tensiones entre los derechos humanos y la política en Marruecos.

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Con 83 años de edad y en un estado de salud delicado, Mohamed Ziane, exministro marroquí de Derechos Humanos, ha decidido iniciar una huelga de hambre indefinida tras tres años en prisión. Su familia advierte que su vida corre peligro y que la falta de acción inmediata podría ser fatal.
Pese a la gravedad de su situación, su caso no figura en la agenda de la reunión de alto nivel entre España y Marruecos, que busca mantener relaciones diplomáticas sin conflictos.
La historia personal de Ziane
Mohamed Ziane, reconocido por su labor como abogado y defensor de los derechos humanos, ha sido una figura controvertida en Marruecos.
Su madre, originaria de Málaga, ha llevado a su familia a intentar obtener un reconocimiento oficial que certifique sus lazos con España. Ángeles Andrades, hermana de Ziane, expresa su desesperación y el miedo que sienten al viajar a Marruecos por temor a represalias. Su familia nunca ha querido aprovecharse del estatus de Ziane, defendiendo principios de ética y moral por encima de todo.
Las injusticias del sistema judicial marroquí
A pesar de su contribución al país, Ziane enfrenta múltiples cargos penales. Entre ellos, una condena por dilapidación de fondos públicos y otra relacionada con su derecho a la libertad de expresión. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que su encarcelamiento es un claro ejemplo de la instrumentalización del sistema judicial para silenciar a los disidentes. The Committee for Justice, una ONG con sede en Ginebra, ha calificado su situación como una violación de las normas internacionales y exige su liberación inmediata.
Reacciones y demandas de la familia
La familia de Ziane ha solicitado la intervención del gobierno español. Ángeles Andrades, en un acto desesperado, ha pedido protección a la embajada de España, temiendo que su hermano no sobreviva a su encarcelamiento. La situación se complica aún más considerando la seguridad de los hijos de Ziane, quienes también residen en Marruecos y podrían ser objeto de represalias.
Obstáculos burocráticos para la familia
Los sobrinos de Ziane han intentado establecer su conexión con España a través de la nacionalidad de su abuela, pero se han encontrado con múltiples obstáculos en el proceso. La falta de registros debido a eventos pasados ha complicado la obtención de la documentación necesaria. Ángeles menciona que han enfrentado dificultades con la embajada, que requiere partidas de nacimiento que no pueden presentar debido a su destrucción en un incendio.
La situación actual y el futuro incierto
Con diez días sin comer, el estado de salud de Ziane es preocupante. Su familia clama por una respuesta del gobierno español en relación a su situación y la de otros prisioneros de conciencia en Marruecos. A medida que se aproxima la reunión entre España y Marruecos, las tensiones se intensifican. La falta de atención a casos como el de Ziane revela la compleja relación entre ambos países, donde los derechos humanos a menudo quedan relegados a consideraciones políticas.
La familia de Ziane está dispuesta a viajar a Marruecos para visitarlo, pero solo si pueden contar con la protección adecuada. Ángeles enfatiza que no buscan privilegios, solo que se le permita a su hermano salir, incluso si eso significa ser arrestado en su hogar. La incertidumbre sobre su futuro y el temor a no volver a verlo con vida pesa sobre sus corazones.
En este contexto, la comunidad internacional observa con preocupación la situación de Mohamed Ziane. La huelga de hambre que ha iniciado es un grito desesperado por justicia y libertad, que resuena más allá de las fronteras de Marruecos y España, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en el mundo.




