La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha tomado la decisión de permitir la participación de Israel en Eurovisión 2026, lo que ha llevado a la retirada de España y otros países del concurso.

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El festival de Eurovisión, un evento musical que ha unido a naciones de toda Europa, ha estado envuelto en controversias en los últimos años. En la asamblea general de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), celebrada en Ginebra del 4 al 5 de diciembre de 2025, se decidió permitir la participación de Israel en la próxima edición del certamen.
Esta decisión ha provocado reacciones intensas entre los países miembros.
La asamblea se llevó a cabo en un clima de tensión, marcado por las amenazas de varios países, incluida España, de no participar si Israel era admitido. La decisión de la UER añade un nuevo capítulo a la historia del festival, que ha estado marcado por la influencia de la política, contradictoria a su esencia apolítica y musical.
Reacciones a la decisión de la UER
La respuesta de los miembros de la UER fue contundente. A través de una votación, se aprobaron nuevas medidas para prevenir injerencias políticas y fraudes en la votación, aunque no se abordó directamente la cuestión de la participación de Israel. Con un total de 738 votos a favor y 264 en contra, se establecieron reglas que buscan aumentar la transparencia del proceso electoral.
La postura de España y otros países
España, representada por RTVE, dejó clara su postura. El secretario general, Alfonso Morales, expresó que, aunque la corporación valoraba las nuevas medidas, estas eran insuficientes para asegurar un festival libre de influencias políticas. “La situación en Gaza y el uso del festival para fines políticos por parte de Israel son preocupaciones que no podemos ignorar”, afirmó Morales.
Otros países, como Irlanda, Países Bajos y Eslovenia, también han decidido no participar en Eurovisión 2026 si Israel formaba parte del evento. La decisión de RTVE de retirarse del festival tras 65 años de participación ininterrumpida resalta la gravedad de la situación y su impacto en la percepción del evento.
Las nuevas regulaciones de Eurovisión
La UER ha implementado cambios destinados a abordar las preocupaciones sobre la votación. Uno de los más significativos es la reducción del límite de votos por persona de 20 a 10. Además, las semifinales recuperarán el papel del jurado, cuya votación pesará un 50% en el resultado final, junto con el voto popular.
Definición de fraudes y sanciones
Ante las dudas sobre la integridad de los votos en las recientes ediciones, se han propuesto medidas para detectar y prevenir el voto fraudulento. Sin embargo, la UER no ha definido claramente qué constituye un voto fraudulento ni ha especificado las sanciones para aquellos que realicen injerencias políticas en el festival.
A pesar de las nuevas salvaguardias, muchos delegados, incluido el de España, consideran que son insuficientes para garantizar la integridad del evento. La incertidumbre sobre cómo se aplicarán estas normativas sigue generando inquietud entre los miembros de la UER.
El futuro de Eurovisión en un contexto geopolítico
El festival de Eurovisión, que tradicionalmente ha sido un evento de celebración cultural, se encuentra ahora en un contexto geopolítico complejo. La participación de Israel ha generado divisiones entre los países miembros, reflejando tensiones que van más allá de lo musical. La decisión de la UER de permitir esta participación ha llevado a cuestionamientos sobre la esencia del festival y su capacidad para servir como puente entre culturas.
La asamblea de la UER ha marcado un hito en la historia de Eurovisión, con implicaciones que podrían cambiar la dinámica del festival para siempre. La combinación de política y música ha planteado serias preguntas sobre el futuro del evento y su papel en la promoción de la paz y la amistad entre naciones.




