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Ventajas de las siestas cortas para mejorar la salud y el bienestar

La siesta corta: un recurso efectivo para potenciar tu energía y mejorar tu salud.

La siesta es una tradición profundamente arraigada en la cultura española, practicada y apreciada por millones de personas. Sin embargo, su percepción ha cambiado con el tiempo, especialmente desde la perspectiva científica. Recientemente, el médico Manuel Viso ha destacado la relevancia de este hábito, subrayando que la duración de la siesta es un factor determinante que influye en nuestra salud de maneras sorprendentes.

En un video informativo, Viso explora cómo un descanso breve o prolongado puede impactar nuestro organismo. Para quienes desean recargar energías sin alterar su rutina diaria, las siestas cortas se presentan como una opción altamente beneficiosa. Según el médico, “un descanso de entre 10 y 20 minutos puede mejorar la memoria, aumentar la concentración y reducir los niveles de estrés”, un hallazgo respaldado por múltiples investigaciones científicas.

Beneficios de las siestas cortas

Los beneficios de las siestas breves son contundentes. Cuando nos tomamos un tiempo para descansar, aunque sea por poco, los niveles de cortisol disminuyen. Esta hormona, conocida como la del estrés, tiene un efecto negativo en nuestra salud mental y física. Al reducirla, mejoramos nuestra serenidad y atención, lo que potencia nuestro rendimiento en las actividades cotidianas.

Investigaciones que apoyan la siesta corta

El impacto positivo de las siestas cortas ha sido objeto de estudio en diversas investigaciones recientes. Estos estudios demuestran que un breve periodo de descanso puede ayudar a mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo de las personas. Así, es evidente que tomarse un pequeño respiro durante el día se convierte en un gran aliado contra la fatiga y el estrés.

Riesgos de las siestas prolongadas

No obstante, Manuel Viso también advierte sobre los peligros de las siestas largas. Dormir más de 30 a 40 minutos puede acarrear consecuencias inesperadas. Según sus palabras, “las siestas largas y frecuentes pueden estar asociadas a problemas metabólicos”. Este tipo de siestas puede incrementar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina, lo que puede repercutir significativamente en nuestra salud a largo plazo.

Consecuencias en la salud cardiovascular

Además de los efectos metabólicos, las siestas prolongadas pueden afectar nuestra salud cardiovascular. Viso destaca que “las siestas largas y habituales están vinculadas a un mayor riesgo de hipertensión y otros problemas cardiovasculares como infartos o arritmias”. Es fundamental entender que no es el tiempo de sueño en sí lo que resulta perjudicial, sino que estas siestas suelen ser un indicativo de un patrón de sueño nocturno deficiente o de un estilo de vida poco saludable.

La siesta ideal: un equilibrio necesario

El mensaje que transmite Viso es claro y accesible: se debe promover el descanso, pero con moderación. La recomendación es sencilla: disfrutar de una siesta breve, idealmente entre 10 y 20 minutos, para maximizar los beneficios. Este enfoque se alinea con lo que muchos expertos en cronobiología han defendido durante años.

Sin embargo, esto no implica que un descanso más largo sea siempre negativo. En situaciones excepcionales, como en días particularmente agotadores, puede ser necesario un tiempo de descanso más extenso. En esos casos, Viso sugiere realizarlo antes del anochecer para no interferir con el sueño nocturno. “Si necesitas una siesta larga, asegúrate de hacerlo temprano en la tarde”, concluye.


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Giulia Lifestyle

Ha trasformato la comunicazione lifestyle in Italia. Scrive con passione autentica e competenza settoriale.

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