Una serie de investigaciones se enfocan en el brote de peste porcina africana detectado en Collserola, el cual presenta conexiones con un laboratorio ubicado en Bellaterra.

Temas cubiertos
Recientemente, la zona de Collserola ha sido escenario de un brote de peste porcina africana (PPA), tras el hallazgo de varios jabalíes muertos. Esta situación ha generado preocupaciones sobre el origen del virus, lo que ha llevado al Ministerio de Agricultura a abrir una investigación exhaustiva.
Se plantea la posibilidad de que el virus haya escapado de las instalaciones del IRTA-CReSA, un centro de investigación cercano a los lugares donde se encontraron los animales afectados.
Situación actual del brote de peste porcina africana
El primer jabalí infectado fue descubierto el 28 de noviembre, y con el tiempo se han detectado otros casos en la región. La secuenciación del material genético del virus ha revelado que este pertenece a la variante conocida como Georgia 2007, utilizada en experimentos en laboratorios de bioseguridad para investigar la PPA y evaluar vacunas en desarrollo.
Investigaciones del IRTA-CReSA
Los investigadores del IRTA-CReSA han estado trabajando con la variante Georgia 2007, conocida por su letalidad. En dos artículos científicos recientes, se detallaron experimentos en los que se inoculó a cerdos con dosis variadas de esta cepa. Los resultados fueron alarmantes: todos los animales infectados mostraron síntomas severos y, en muchos casos, la muerte, incluso aquellos expuestos a dosis bajas del virus.
Posibles vías de contagio
Una de las teorías sobre el origen del brote sugiere que los jabalíes podrían haber contraído el virus a través de la ingestión de alimentos contaminados, como restos de embutido desechados en la zona. Este planteamiento se apoya en el hecho de que el virus presenta un marcador genético inusual, que no coincide con los virus circulantes en Europa, complicando así la identificación de su fuente exacta.
Relación con el laboratorio y protocolos de bioseguridad
La investigación también ha considerado la posibilidad de que el virus haya salido del IRTA-CReSA. Aunque se ha afirmado que las instalaciones cumplen con estándares de bioseguridad rigurosos, la preocupación persiste. La comunicación de incidentes de bioseguridad es fundamental, y cualquier irregularidad debe ser reportada de inmediato, lo que hace que una fuga sea difícil de explicar.
El Ministerio de Agricultura ha instado a las autoridades competentes, como el Seprona y los Mossos d’Esquadra, a llevar a cabo investigaciones paralelas para esclarecer el origen del brote. La situación es crítica; aunque el virus no representa un peligro para la salud humana, podría tener consecuencias devastadoras para la industria porcina, que ya ha sufrido en años anteriores.
Impacto en el sector porcino
El temor a una expansión del virus ha llevado a la industria porcina a una situación de alerta. El año pasado, se sacrificaron millones de cerdos en España debido a brotes anteriores de la enfermedad. La propagación de la peste porcina podría bloquear las exportaciones, resultando en pérdidas económicas significativas para el sector. La preocupación se extiende a granjas que aún no han reportado casos, pero que están en riesgo debido a la proximidad del brote en Collserola.
La investigación sobre el origen del brote de peste porcina africana en Cataluña sigue en curso, con múltiples hipótesis en juego. Las autoridades están trabajando para encontrar respuestas y mitigar el impacto de esta enfermedad en la fauna salvaje y en la industria ganadera.




