Pedro Sánchez enfrenta una creciente presión interna dentro del PSOE a raíz del escándalo relacionado con el caso Salazar.
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En medio de un escándalo que ha conmocionado al PSOE, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se pronunció sobre la gestión del caso de Francisco Salazar, exasesor en Moncloa, acusado de acoso sexual. En una reciente conversación informal con periodistas, Sánchez admitió que se han cometido errores en el manejo de esta situación, lo que ha provocado un notable malestar tanto entre las víctimas como entre los miembros del partido.
Reconocimiento de errores y falta de personal
El presidente Sánchez ha reconocido su responsabilidad al declarar: “asumo el error en primera persona”. Este reconocimiento se produce tras la revelación de denuncias de acoso hace cinco meses. Durante este tiempo, las quejas no han tenido una respuesta adecuada, lo que ha generado críticas internas en el PSOE.
Según fuentes oficiales, uno de los principales problemas identificados es la falta de personal para atender a las víctimas, lo que ha complicado la gestión y respuesta a estos incidentes.
Demandas del sector feminista del PSOE
Las voces del sector feminista del PSOE han sido rotundas en sus exigencias. Piden que el caso sea llevado a la Fiscalía. A pesar de la insistencia de figuras clave como Andrea Fernández y Adriana Lastra, quienes demandan medidas urgentes, la dirección del partido ha señalado que corresponde a las denunciantes decidir si elevan el caso a la justicia. Esta postura ha suscitado críticas, ya que muchos consideran que existen indicios claros de un posible delito.
La respuesta de Sánchez y la autonomía del protocolo antiacoso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió su gestión respecto al protocolo antiacoso del PSOE, activado en mayo. Según sus declaraciones, se tomó acción en julio al recibir las denuncias. No obstante, reconoció que la interacción con las víctimas no fue lo suficientemente ágil.
Sánchez subrayó que el órgano encargado de investigar opera de forma autónoma. Afirmó que el partido no debe interferir en el proceso, enfatizando la importancia de permitir que la comisión cumpla su función sin presiones externas.
Las implicaciones políticas del caso Salazar
Este escándalo ha revelado no solo fallos en la estructura interna del PSOE, sino que también ha sido utilizado por la oposición para criticar al gobierno. En un contexto de tensión política, Sánchez ha respondido a las acusaciones del Partido Popular, defendiendo que su administración ha mostrado contundencia en casos de acoso y corrupción. «No aceptaré lecciones de aquellos que hacen muy poco en comparación con lo que hacemos nosotros», afirmó el presidente, enfatizando la importancia de la transparencia y la acción inmediata ante situaciones de acoso.
La realidad del manejo interno de denuncias
Los hechos son estos: una de las críticas más contundentes ha sido la falta de comunicación entre las diferentes instancias del partido. Según fuentes oficiales, se alega que el presidente no tuvo conocimiento de las denuncias hasta que fueron publicadas en un medio de comunicación. Esto ha suscitado dudas sobre la efectividad de los canales internos para reportar situaciones de esta índole. Miembros del partido han cuestionado si la gestión del caso Salazar refleja una adecuada atención a las denuncias de acoso.
El presidente ha afirmado que no tiene ninguna relación con Salazar tras el surgimiento del escándalo. Además, ha manifestado su confianza en la veracidad de las denuncias. “Nunca he dudado de la veracidad de las víctimas”, declaró, lo que subraya su compromiso con un proceso que sea justo y transparente. Sin embargo, se desconoce cómo evolucionará la situación y si el PSOE logrará recuperar la confianza de sus miembros y de la sociedad en general.
