El tenor Xabier Anduaga deslumbra al público con un repertorio cautivador en Sevilla.
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El pasado 7 de diciembre, el Teatro de la Maestranza se convirtió en el escenario de un recital excepcional con el tenor Xabier Anduaga. A pesar de su corta trayectoria en la lírica, Anduaga se ha consolidado como una de las voces más prometedoras de su generación.
El acompañamiento del pianista Maciej Pikulski, reconocido en el ámbito de la música vocal, elevó la calidad de la velada musical.
El programa del recital ofreció a los asistentes un recorrido por algunas de las composiciones más inspiradoras de los siglos XIX y XX, combinando arias de ópera, canciones de concierto y romanzas de zarzuela.
La noche comenzó con la apasionante La ricordanza de Bellini, un canto que anticipaba el virtuosismo del tenor.
Repertorio cuidadosamente seleccionado
A medida que avanzaba el recital, se sucedieron las interpretaciones de Tosti, cuyas tres canciones destacaban por su lirismo y elegancia, representando a la perfección el romanticismo italiano. El momento culminante de la primera parte llegó con las emblemáticas piezas de Donizetti y Verdi: Tombe degli avi miei de Lucia di Lammermoor y la famosa La donna è mobile de Rigoletto. Anduaga mostró su capacidad para abordar las notas agudas con un control notable, aunque su voz a veces parecía superar lo escrito en la partitura.
La maestría de Maciej Pikulski
El pianista Maciej Pikulski fue fundamental en la interpretación, aportando claridad y un toque elegante a cada pieza. Su ejecución en la Paráfrasis de concierto sobre Rigoletto de Liszt fue un ejemplo de virtuosismo. En esta obra, la mano izquierda cantaba la melodía mientras la derecha ejecutaba escalas intrincadas, creando un equilibrio que mantenía intacta la esencia de la obra y deleitaba a los oyentes.
Una segunda parte llena de emoción
La segunda parte del recital se adentró en la sensibilidad poética de Petrarca a través de los Tres Sonetos de Liszt, seguidos del Ständchen de Schubert, también transcrito por Liszt. Estos momentos reflejaron la profundidad emocional que Anduaga es capaz de transmitir, capturando la atención del público en cada compás. En este segmento, el tenor demostró un mayor control sobre su registro, aunque mantuvo su tendencia a utilizar el falsete en algunas transiciones.
Las joyas del repertorio francés y español
Las mélodies de Reynaldo Hahn, como À Chloris, L’heure exquise y Si mes vers avaient des ailes, fueron un ejemplo de exquisitez y refinamiento. El recital se cerró con dos romanzas de zarzuela: Flor roja de Los Gavilanes y No puede ser de La tabernera del puerto, que celebraron la riqueza del repertorio español. Estas interpretaciones finales dejaron una impresión duradera en el público, que aplaudió con entusiasmo la entrega del tenor.
A pesar de la brillantez de la actuación, se mencionó la ausencia de sobretítulos en el teatro, lo cual podría haber enriquecido la experiencia del público. Es fundamental que espacios como el Teatro de la Maestranza consideren este elemento para asegurar que todos los asistentes puedan disfrutar plenamente de las obras presentadas.
