El incremento de infartos en jóvenes es alarmante y demanda atención urgente.
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En los últimos años, el número de infartos de miocardio entre adultos jóvenes ha mostrado un incremento preocupante. Esta tendencia ha llevado a especialistas en salud a encender las alarmas sobre los factores que contribuyen a este fenómeno. El Dr.
José Abellán, cardiólogo intervencionista en el Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena, es uno de los médicos más vocales en esta cuestión.
Durante una reciente aparición en el pódcast Merca Madrid, el Dr. Abellán expresó su inquietud por el creciente número de pacientes de entre 30 y 40 años que requieren atención por eventos cardíacos serios.
“Mi jornada laboral está repleta de casos de enfermedad cardiovascular, y la principal causa de ingreso son los infartos”, afirmó con firmeza.
El cambio en el perfil de los pacientes
El Dr. Abellán enfatiza que lo más preocupante es el cambio de perfil entre los afectados. “Lo que más me inquieta es el aumento de infartos en personas jóvenes”, reflexionó. A su juicio, experimentar un infarto a una edad temprana debería ser visto como una excepción, no como una norma. “Una persona en sus 30 o 40 años no debería padecer enfermedades cardíacas”, subrayó.
Es cierto que hay casos aislados de deportistas que, a pesar de llevar un estilo de vida saludable, sufren un infarto. Sin embargo, el cardiólogo aclara que estos casos son excepcionales. “La mayoría de los infartos ocurren en personas con factores de riesgo conocidos, como el sedentarismo, el tabaquismo o una alimentación inadecuada”, explicó.
Identificación de los factores de riesgo
El Dr. Abellán señala que algunos factores de riesgo son difíciles de identificar, ya que no cumplen con los criterios diagnósticos de hipertensión o diabetes. No obstante, cuando se combinan, estos factores pueden incrementar significativamente la probabilidad de un infarto. Junto a su padre, el internista Dr. Abellán Alemán, y el investigador Dr. López Gil, ha desarrollado una nueva entidad clínica conocida como el sindrome de Gulliver.
Este síndrome se refiere a individuos que, aunque aparentan estar saludables, presentan ligeros aumentos en el perímetro abdominal, niveles de glucosa en ayunas ligeramente elevados o una presión arterial algo alta. “No son hipertensos ni diabéticos, pero su riesgo de infarto es comparable al de quienes ya tienen factores de riesgo claros”, agregó el Dr. Abellán.
La importancia de la salud mental en la recuperación
El proceso de recuperación tras un infarto abarca no solo el aspecto físico, sino también la salud mental. En otra intervención en el pódcast Tus amigas las hormonas, el Dr. Abellán destacó cómo el manejo emocional puede influir en el pronóstico de los pacientes. “El miedo a sufrir otra crisis y la ansiedad ante cualquier síntoma pueden ser obstáculos significativos en la recuperación”, advirtió.
Estudios recientes han demostrado que los pacientes que reciben terapia cognitivo-conductual pueden reducir su riesgo de sufrir un nuevo evento cardíaco en un 19%. “Aprender a gestionar el estrés no solo mejora el bienestar, sino que también actúa como un método de prevención”, enfatizó.
La rehabilitación integral
El Dr. Abellán también aboga por una rehabilitación cardíaca integral, que incluya medicación adecuada, ejercicio controlado, una dieta saludable y apoyo psicológico. En programas bien estructurados, muchos pacientes pueden necesitar menos medicación porque su cuerpo se adapta mejor a un estilo de vida saludable. Sin embargo, la ansiedad y el miedo pueden dificultar este proceso de recuperación.
El mensaje del Dr. Abellán es claro: “Es fundamental tomar conciencia de estos problemas antes de que aparezcan las enfermedades. La prevención es clave para mejorar nuestra salud cardiovascular”, concluyó.
