Cerdán afirma ser víctima de una conspiración después de su intervención en el Senado.
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En una jornada marcada por la tensión, Santos Cerdán, exsecretario de organización del PSOE, se presentó ante la comisión del Senado que investiga el caso Koldo. Su comparecencia llega tras haber pasado cinco meses en prisión, acusado de estar involucrado en una supuesta red de corrupción relacionada con contratos públicos.
A su entrada, Cerdán se mostró confiado y decidido a defender su inocencia, aunque también expresó su decepción por el aparente abandono de sus antiguos compañeros de partido.
Durante su intervención, Cerdán adoptó una postura defensiva, negando categóricamente cualquier acusación de financiación ilegal y rechazando las implicaciones de un informe que lo vinculaba a actividades ilícitas.
«Soy inocente, no soy un corrupto», afirmó con firmeza. Sin embargo, su defensa se vio marcada por momentos de tensión y confrontación con los senadores de la oposición.
Las acusaciones y su respuesta
La senadora de UPN, María Caballero, fue la primera en interrogar a Cerdán, planteando preguntas directas sobre los contratos sospechosos y su relación con la empresa Servinabar, que supuestamente se benefició de adjudicaciones públicas. En respuesta, Cerdán defendió su posición alegando que su nombre había sido malinterpretado y que no era socio ni propietario de dicha empresa. «Lo que ustedes tienen son hipótesis policiales, no hechos concretos», aseguró.
La soledad de Cerdán
Uno de los aspectos más destacados de su declaración fue el sentimiento de soledad que Cerdán expresó al notar la falta de apoyo de sus compañeros del PSOE. «Todo el mundo me ha dado la espalda», lamentó, aludiendo a la falta de respaldo que experimentó durante su comparecencia. Este aislamiento se hizo evidente cuando, a diferencia de su anterior aparición, esta vez solo fue acompañado por un abogado, lo que subrayó su actual situación.
Teorías de conspiración y manipulación
A lo largo de su declaración, Cerdán también insinuó la existencia de una conspiración en su contra, asegurando ser víctima de un ataque por parte de lo que denominó «los resortes del Estado profundo». Criticó los audios presentados como prueba, afirmando que estaban manipulados por tecnología de inteligencia artificial que ni siquiera existía en el momento en que se grabaron. Este argumento fue recibido con escepticismo por parte de los senadores de la oposición.
Interacciones con los senadores
La confrontación con el senador del PP, Gerardo Camps, se tornó especialmente intensa. Camps intentó presionar a Cerdán sobre su relación con otros implicados en el caso, pero Cerdán mantuvo su postura defensiva, negándose a responder preguntas que consideraba impertinentes. En un momento álgido del interrogatorio, Cerdán incluso cuestionó la capacidad de Camps para hacerle un reproche ético, lo que llevó a un intercambio verbal tenso que obligó a suspender brevemente la sesión.
Al final de su comparecencia, Cerdán reafirmó su inocencia y su derecho a no declarar más allá de lo que ya había expuesto ante el juez. A pesar de las acusaciones que pesaban sobre él, insistió en que la financiación del PSOE durante su gestión fue completamente legítima, descartando cualquier posibilidad de irregularidades. «La campaña de Sánchez en las primarias fue financiada exclusivamente por los militantes», afirmó con determinación.
Reflexiones finales
A medida que la sesión concluyó, el ambiente en la sala era tenso. Cerdán, aunque había logrado presentar su defensa, dejó claro que la situación era compleja y llena de implicaciones políticas. Afirmó que los verdaderos responsables de su situación no eran otros que aquellos que habían manipulado la información en su contra. La declaración de Cerdán no solo fue un intento de limpiar su nombre, sino también un reflejo de las luchas internas dentro del PSOE y la política española en general.
