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Trump ofrece un balance optimista de su gestión en un discurso a la nación

Trump realiza un discurso en la Casa Blanca, defendiendo su gestión con afirmaciones optimistas frente a la creciente preocupación económica.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se dirigió a la nación en un tono sombrío y apresurado, utilizando un formato que normalmente se reserva para eventos significativos. Este discurso, que tuvo lugar el miércoles por la noche, fue una oportunidad para que Trump se exaltara a sí mismo a través de exageraciones y afirmaciones engañosas, en un intento de controlar la narrativa sobre la economía, que ha afectado su popularidad desde su regreso al poder en enero.

Durante aproximadamente 18 minutos, Trump habló con un aire de frustración, casi como si estuviera gritando desde la sala de recepción diplomática de la Casa Blanca. Su intención era hacer un balance de su primer año en la presidencia, pero el resultado fue un discurso lleno de justificaciones nerviosas respecto a su incapacidad para abordar los desafíos económicos que enfrenta el país.

Muchos estadounidenses lo eligieron en las elecciones con la esperanza de que pudiera aliviar las cargas del alto costo de vida.

Un discurso lleno de contradicciones

Desde el inicio de su intervención, Trump se concentró en culpar a su predecesor, Joe Biden, por la situación actual. Declaró: «Hace 11 meses, heredé un desastre», mientras continuaba alineando sus argumentos con sus habituales temas de campaña, que incluyen ataques a la comunidad trans, comentarios racistas y xenófobos, así como referencias a guerras que, según él, ha logrado resolver. Además, mencionó una supuesta invasión de criminales a Estados Unidos, argumentando que estos fueron liberados por países hostiles.

En un momento dado, afirmó: «En otras palabras, hemos pasado de lo peor a lo mejor en poco tiempo». A pesar de que las afirmaciones sobre los aranceles y las mejoras económicas fueron cuestionadas por los verificadores de datos, Trump continuó presumiendo de que Estados Unidos es ahora «el país más atractivo del mundo», según lo que le cuentan los líderes extranjeros que le contactan.

Desviación de la realidad

Al concluir su discurso, que terminó con un saludo navideño, Trump hizo un resumen de lo que considera sus logros desde que asumió el cargo nuevamente. Sin embargo, muchas de sus afirmaciones estaban en desacuerdo con la realidad. Por ejemplo, al hablar sobre la reducción del desempleo, no mencionó que las cifras recientes indican un aumento leve desde que Biden dejó el cargo.

Trump afirmó que «nuestra frontera es segura» y que «la inflación está controlada», mientras que las estadísticas oficiales refutan estas proclamaciones. En su discurso, proclamó que «Estados Unidos es fuerte y respetado», prometiendo un futuro de crecimiento económico sin precedentes.

Promesas y desafíos futuros

A lo largo de su intervención, el presidente también intentó esbozar algunos planes para el futuro, aunque su tono impaciente podría haber dejado a muchos ciudadanos preguntándose si realmente se tomaría en serio estas promesas. Entre sus promesas estaban la eliminación de las aseguradoras en el ámbito de los subsidios de salud y una reducción drástica en los precios de los medicamentos, lo cual es prácticamente imposible desde un punto de vista matemático.

Además, mencionó una reforma de vivienda que describió como «una de las más agresivas en la historia», y prometió entregar un cheque de $1,776 a los militares, haciendo referencia a la independencia de Estados Unidos de 1776. Sin embargo, este anuncio podría verse empañado por la creciente polarización en el país.

Un contexto político complicado

Este discurso no solo sirvió como un balance de su gestión, sino que también se percibió como un primer paso para la campaña electoral de medio término que se celebrará en noviembre. Con las encuestas en su contra y un apoyo menguante entre su base de seguidores, Trump se enfrenta a un panorama complicado en el que podría perder el control del Congreso.

En este contexto, es difícil imaginar un inicio más desafiante para el presidente, quien enfrenta una creciente impopularidad y la presión de la opinión pública sobre el costo de vida y la inflación, que continúa afectando a las familias estadounidenses. La reciente cifra de desempleo más alta desde es otra prueba de que la economía no está en el camino que Trump pretende demostrar.

El presidente, sin embargo, optó por desestimar estas preocupaciones como un «mito demócrata», haciendo comentarios que reflejan una notable desconexión de la realidad. Así, concluyó su discurso sin abordar de manera efectiva las inquietudes de los ciudadanos, dejando en el aire si el camino que ha trazado realmente llevará al país hacia un futuro más próspero.


Contacto:
Sofia Rossi

Bioingegnere ex-Roche, specializzata in digital health e innovazioni mediche.

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