Comprende la importancia de la glicina para la salud de la piel y cómo los factores ambientales pueden influir en su bienestar.
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La salud de la piel, así como la de las articulaciones y el tejido conectivo, puede reflejar problemas internos en nuestro organismo. A menudo, estas señales son difíciles de interpretar. La psiconeuroinmunóloga y fisioterapeuta Blanca Gómez ha dedicado más de 15 años a educar sobre salud, convirtiéndose en una fuente de conocimiento accesible para muchos.
En sus redes sociales, aborda aspectos como la nutrición, el descanso y la salud hormonal desde un enfoque integrador.
Uno de los aminoácidos que ha destacado en sus publicaciones es la glicina, un componente esencial que suele pasar desapercibido fuera del ámbito científico.
Según Gómez, la falta de glicina puede manifestarse de forma visible en nuestra piel, provocando un aspecto apagado y arrugas más marcadas.
Los hechos
La glicina no es solo un aminoácido; es un pilar fundamental en la estructura del colágeno. Este compuesto no solo otorga soporte estructural, sino que también juega un papel crucial en la hidratación, reparación y elasticidad del tejido conectivo. Gómez explica que la glicina es vital para organizar el agua estructurada que rodea el colágeno, permitiendo que tanto la piel como la fascia mantengan su flexibilidad y resistencia.
Cuando los niveles de glicina en el cuerpo son insatisfactorios, las consecuencias son rápidas y evidentes. La experta enfatiza que, al carecer de glicina, se pueden notar síntomas como la piel opaca, la rigidez corporal y una recuperación más lenta de lesiones.
Factores ambientales que afectan la glicina
No se trata únicamente de la ingesta de glicina. Gómez introduce un factor ambiental que puede alterar nuestro equilibrio interno: el glifosato. Este herbicida, común en ciertos cultivos y alimentos procesados, puede interferir en la capacidad del cuerpo para reparar el colágeno. Según explica, el glifosato puede secuestrar minerales esenciales que son necesarios para la actividad enzimática, lo que complica la creación y reparación del colágeno, incluso si nuestra dieta parece adecuada.
Las consecuencias de esta interferencia son notorias: mayor desgaste de los tejidos, cicatrización deficiente y signos de envejecimiento prematuro en la piel. Gómez advierte que el impacto del glifosato puede ser aún más severo si afecta directamente la función de la glicina, lo que lleva a una alteración de la estructura del colágeno y a una menor organización del agua en el tejido.
Beneficios de la glicina para el bienestar general
La psiconeuroinmunóloga resalta el papel protector de la glicina en nuestro organismo. Este aminoácido promueve la coherencia del tejido conectivo, mejora la hidratación interna y contribuye a una mejor respuesta energética del cuerpo. Cuando el equilibrio entre el agua, la glicina y la fascia es óptimo, tanto el cuerpo como la piel reflejan esta armonía.
Consejos para mantener la salud del tejido conectivo
Para preservar este equilibrio, Gómez sugiere priorizar una dieta que limite los residuos químicos, asegurando una adecuada ingesta de alimentos ricos en glicina, como caldos y colágeno. También es recomendable reducir la exposición a productos ultraprocesados y adoptar hábitos que favorezcan la salud del tejido conectivo, tales como el movimiento suave, la respiración consciente y una exposición moderada al sol.
En definitiva, la glicina juega un papel crucial en la salud de la piel y las articulaciones. Comprender su importancia y cómo factores externos pueden influir en su eficacia es fundamental para mantener un estado de salud óptimo y reflejarlo en nuestro bienestar.
