El movimiento en Vox pone de manifiesto tensiones internas significativas y un cambio de liderazgo que tiene el potencial de reconfigurar su estrategia política de manera sustancial.

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El partido político Vox ha experimentado un cambio significativo en su estructura interna con la destitución de Javier Ortega Smith como vocal del Comité Ejecutivo. Esta decisión, comunicada oficialmente, señala un giro en la dirección de la organización, que ahora cuenta con la diputada Júlia Calvet como nueva integrante del núcleo decisivo.
La salida de Ortega Smith no es solo un cambio de posiciones; también revela las tensiones acumuladas en el seno del partido, donde su estilo crítico y diferencias con la cúpula han sido cada vez más evidentes.
Ortega Smith, quien había sido un pilar fundamental en Vox y su secretario general hasta 2025, comenzó a manifestar su desacuerdo con varias decisiones estratégicas tomadas por el presidente del partido, Santiago Abascal.
Su ascenso en Vox se vio empañado por un clima de descontento, que culminó en su reciente destitución.
Las razones detrás de la destitución
La controversia que rodea la salida de Ortega Smith se remonta a varios incidentes y decisiones políticas que no fueron bien recibidas por la dirección del partido. Desde su pérdida de la portavocía adjunta en el Congreso, donde fue reemplazado por Carlos Hernández Quero, las relaciones entre él y Abascal se deterioraron. Según fuentes internas, su gestión había generado descontento entre los miembros provinciales de Vox, lo que llevó a la cúpula a tomar decisiones drásticas. La situación se agravó tras la marcha de Macarena Olona, lo que debilitó aún más su posición.
Una nueva era con Júlia Calvet
Con la llegada de Júlia Calvet, diputada del Parlament de Cataluña, se espera que Vox adopte una nueva estrategia enfocada en la denuncia del separatismo y la crítica a las políticas del bipartidismo. Calvet, quien proviene de un entorno familiar independentista, ha demostrado su capacidad para confrontar a grupos radicales en las universidades catalanas, lo que podría aportar una perspectiva fresca y combativa al partido.
Desde su nombramiento, Calvet se ha comprometido a enfrentar las consecuencias de décadas de políticas que, según ella, han perjudicado a la juventud y fomentado la inmigración ilegal. Este cambio de liderazgo refleja un intento de Vox por consolidar su imagen y fortalecer su base en un contexto político cada vez más competitivo.
Tensiones internas y futuro incierto
A pesar de su nuevo rol, la situación de Ortega Smith dentro del partido sigue siendo precaria. Con un liderazgo cuestionado y un futuro electoral incierto, muchos se preguntan si podrá mantener su influencia en Vox. La presión interna ha llevado a especulaciones sobre su posible salida, dado que las relaciones con la dirección del partido se han deteriorado notablemente.
Implicaciones para el futuro de Vox
La reestructuración de Vox podría llevar a una reevaluación de su estrategia electoral. Con la mira puesta en las elecciones de 2027, el partido deberá decidir si continúa con su enfoque actual o si busca una renovación más radical. La destitución de Ortega Smith podría ser solo el principio de una serie de cambios destinados a revitalizar la imagen del partido y atraer a un electorado más amplio.
La salida de Javier Ortega Smith de la dirección de Vox marca un momento crucial en la trayectoria del partido. Con Júlia Calvet al frente, se anticipa un regreso a los principios fundacionales de la organización, aunque el camino por delante está lleno de desafíos. La necesidad de una cohesión interna será fundamental para su éxito.




