El conflicto del Sáhara Occidental continúa sin una solución definitiva, a pesar de que Marruecos conmemora la reciente resolución de la ONU.

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En el contexto del conflicto del Sáhara Occidental, la reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ha abierto un nuevo capítulo en la relación entre Marruecos y el pueblo saharaui. A 50 años de la salida de España de esta exprovincia, el panorama diplomático se complica, ya que la resolución se percibe como una victoria para Marruecos, aunque con matices importantes que no deben ser pasados por alto.
El 31 de octubre de 2025, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 2797, que ha sido interpretada por Rabat como un avance significativo en su propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental. Sin embargo, a pesar de las celebraciones oficiales, es fundamental destacar que la resolución no elimina el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, un aspecto que muchos analistas consideran crucial en la interpretación del documento.
Un análisis de la resolución 2797
La resolución 2797, aunque aprobada con abstenciones de potencias como Rusia y China, no establece una soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, como señalan varios expertos en derecho internacional. Jacob Mundy, profesor de Estudios de Paz y Conflictos, advierte que, si bien la resolución reafirma la necesidad de un referéndum, también introduce el concepto de “autonomía genuina”, lo que podría ser visto como un intento de Marruecos de legitimar su control sobre el territorio.
Reacciones internacionales
Distintos países han expresado su postura respecto a la resolución. Por ejemplo, Dinamarca y Eslovenia han dejado claro que su apoyo a la resolución no implica un reconocimiento de la soberanía marroquí. Esta situación refleja una clara división en la comunidad internacional sobre cómo abordar el conflicto, lo que complica aún más la situación.
Stephen Zunes, profesor en la Universidad de San Francisco, argumenta que, aunque la resolución puede parecer un retroceso, no elimina el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, lo cual es un punto crucial. La necesidad de una solución política que contemple las aspiraciones de ambas partes se mantiene, a pesar de la manipulación del lenguaje diplomático por parte de Marruecos.
El papel de España y la política interna
En el ámbito político español, el conflicto del Sáhara Occidental ha reavivado tensiones entre los partidos. La decisión del PSOE de aliarse más estrechamente con Marruecos ha generado críticas tanto en el Congreso como en la opinión pública. A lo largo de 2025, el Gobierno español ha seguido apoyando a Marruecos, lo que ha puesto en tela de juicio su compromiso con los derechos del pueblo saharaui y ha llevado a una creciente presión por parte de la oposición.
Protestas y la voz del pueblo saharaui
Mientras tanto, en los campamentos de refugiados de Tinduf, la situación humanitaria continúa siendo crítica. Las nuevas generaciones de saharauis crecen sin haber conocido otra realidad que el exilio. La falta de una solución clara y la prolongación del estatus quo han llevado a un sentimiento de desesperanza entre el pueblo saharaui, que sigue luchando por su derecho a decidir su futuro.
El desafío que enfrenta la comunidad internacional es abordar este conflicto de manera que se respeten los derechos humanos y se busque una resolución justa. El papel de España, como antigua potencia colonial, sigue siendo fundamental y su posición será observada de cerca por la comunidad internacional.
A 50 años de la salida de España del Sáhara Occidental, el conflicto continúa sin una solución a la vista. La última resolución de la ONU, lejos de ofrecer un camino claro hacia la paz, parece perpetuar un limbo en el que las aspiraciones del pueblo saharaui y las estrategias de Marruecos siguen en un tira y afloja sin resolución.




