Un trágico accidente ferroviario en Oaxaca pone de manifiesto las deficiencias estructurales en los proyectos de infraestructura del presidente López Obrador.

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El pasado domingo, el tren interoceánico que opera en el sur de México sufrió un descarrilamiento en Oaxaca. Este trágico incidente dejó un saldo de 13 personas fallecidas y 98 más con diversas lesiones. Esta situación resalta los problemas que han afectado a los proyectos de infraestructura impulsados por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que continúan repercutiendo en su sucesora, Claudia Sheinbaum.
El tren, parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, estaba realizando su recorrido habitual cuando, de manera repentina, se salió de las vías en la zona de Nizanda. A bordo viajaban aproximadamente 250 personas, entre pasajeros y miembros de la tripulación.
La Secretaría de Marina, encargada de su operación, confirmó que 139 personas se encuentran fuera de peligro, aunque 36 de los heridos requieren atención médica en hospitales locales.
Detalles del accidente y respuesta de las autoridades
El incidente se produjo en la mañana del 28 de diciembre. La Secretaría de Marina informó que la máquina principal del tren se descarriló cuando se dirigía hacia Matías Romero Avendaño. En un comunicado, la presidenta Sheinbaum aseguró que estaba monitorizando la situación y que se había solicitado asistencia inmediata de equipos de rescate y atención médica.
Con la noticia propagándose rápidamente, se activaron protocolos de emergencia en los hospitales de la región para recibir a los heridos. Los servicios de ambulancia, junto con personal de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes y del Instituto Mexicano del Seguro Social, se movilizaron al lugar del accidente para garantizar una atención adecuada y coordinar la respuesta de manera efectiva.
Reacciones y exigencias tras el accidente
La reciente tragedia ha desatado una ola de reacciones en la sociedad, especialmente en torno a la seguridad del tren y su operación. El diputado opositor Héctor Saúl Tellez ha solicitado la suspensión inmediata de los servicios del tren, señalando que este representa un riesgo inaceptable para la vida de los ciudadanos. Además, Tellez ha exigido un dictamen internacional que evalúe la seguridad del proyecto, cuestionando la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad en el transporte ferroviario.
El clima político actual, caracterizado por una creciente tensión entre México y Estados Unidos, agrega un contexto complicado a esta tragedia. Algunos líderes, como el expresidente Donald Trump, han pedido acciones más contundentes contra el narcotráfico en México. Por su parte, la presidenta Sheinbaum ha defendido la importancia de la cooperación bilateral en temas de seguridad.
Un legado problemático de infraestructura
Este accidente no es un caso aislado, sino que se inscribe en una serie de problemas derivados de los proyectos de infraestructura impulsados durante el mandato de López Obrador. Un ejemplo notable es el nuevo aeropuerto en el norte de la Ciudad de México, que cerró su primer año de operaciones alcanzando apenas el 13% de los pasajeros que se habían previsto. Asimismo, la refinería de Dos Bocas ha enfrentado severas críticas; su costo ha aumentado de 8,000 millones de dólares a más de 20,000 millones, lo que ha suscitado preocupaciones financieras para la administración de Sheinbaum.
El reciente descarrilamiento del tren interoceánico resalta la urgencia de revisar y mejorar los estándares de seguridad en los proyectos de transporte. También revela las deficiencias en la planificación y ejecución de estas iniciativas. La administración actual enfrenta el desafío de atender no solo las consecuencias inmediatas del accidente, sino también de reformar un sistema que ha mostrado ser defectuoso.
Reflexiones sobre el futuro del transporte ferroviario en México
La situación actual plantea preguntas críticas sobre la dirección futura del transporte ferroviario en México. ¿Qué medidas se implementarán para garantizar la seguridad de los pasajeros? ¿Se realizarán auditorías exhaustivas sobre la infraestructura existente? Estas interrogantes deben ser respondidas no solo por el gobierno, sino también por la sociedad civil, que exige respuestas y justicia.
La presidenta Sheinbaum continúa con su labor de supervisión, garantizando que se brinde la atención adecuada a las víctimas y que se realicen investigaciones exhaustivas para esclarecer las causas del descarrilamiento. Este trágico incidente podría ser una oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de mejorar la seguridad y la responsabilidad en la gestión de proyectos de infraestructura en el país.




