Los precios del marisco en Galicia están alcanzando niveles récord debido a la escasez de productos y las condiciones adversas en el mar.

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Las recientes fiestas navideñas han traído consigo una situación inusual en el mercado del marisco en Galicia. Los precios se han disparado, resultando en costos que muchos consumidores nunca habían visto antes. Por ejemplo, el kilo de almeja babosa de la ría de Ferrol ha alcanzado los 55 euros, un precio que sorprende incluso a los más veteranos del sector.
En mercados como el de Ucha, donde anteriormente las conchas se recogían fácilmente, el panorama ha cambiado drásticamente.
Además, otras variedades también han visto un aumento en su precio. La japónica se cotiza a 35 euros por kilo, mientras que la rubia alcanza los 38 euros.
Los berberechos, un bivalvo tradicionalmente popular, ahora se venden a 28 euros el kilo. Los precios más altos se encuentran en productos como el percebe, que puede costar hasta 136 euros el kilo, y los santiaguiños, que han alcanzado los 205 euros por kilo.
Impacto de las condiciones climáticas en la oferta de marisco
Las adversas condiciones climáticas han influido notablemente en la disponibilidad del marisco este diciembre. Vientos fuertes y un mar agitado han mantenido a gran parte de la flota pesquera amarrada, lo que ha resultado en una reducción de las capturas. “Solicité camarón y ni siquiera llegó”, comenta una pescadera, reflejando la frustración de muchos en el sector.
En la lonja de la Cofradía de Pescadoras, la oferta era un poco más amplia a primera hora de la mañana, pero casi todo ya estaba comprometido por los pedidos anticipados. Los precios de los nécoras llegan a ser de 45 euros por kilo, mientras que las hembras de centolla superan los 40 euros. Este fenómeno ha llevado a que los consumidores más precavidos realicen sus encargos con semanas de antelación para asegurarse de obtener lo que desean.
La lucha contra el furtivismo en la recolección de marisco
En medio de esta crisis de oferta, el furtivismo ha resurgido como una problemática preocupante. Con los precios en aumento y la demanda constante, algunos mariscadores ilegales han estado extrayendo bivalvos sin las garantías sanitarias necesarias. Durante la madrugada del 23 de diciembre, se observaron actividades de recolección en áreas prohibidas como los bancos de Neda, donde se extraen almejas y berberechos que luego se venden sin ningún tipo de regulación.
Las autoridades han intensificado la vigilancia, pero aun así, los furtivos continúan afectando la industria. “Nos perjudican triplemente”, indican desde la dirección de la Cofradía de Ferrol, señalando que además de disminuir la oferta legal, estos individuos evaden impuestos y ponen en riesgo la salud pública.
Intervención de las autoridades y la situación actual
El 23 de diciembre, las fuerzas de seguridad lograron identificar a varios furtivos en la playa de Boiro, resultando en la confiscación de 32 kilos de almeja y berberecho. Sin embargo, un incidente más grande tuvo lugar un día antes, cuando la Guardia Civil interceptó un vehículo robado que transportaba 1.400 kilos de almejas furtivas, que pretendían hacer pasar por producto local en Galicia.
Este tipo de actividades ilegales no solo afectan a los pescadores legales, sino que también ponen en riesgo el ecosistema marino. Las cofradías de pescadores han solicitado un compromiso colectivo para proteger la vida marina y asegurar que el marisco se recolecte de manera sostenible. “Es esencial jugar limpio con nuestros océanos”, subrayan, enfatizando la importancia de respetar tanto el trabajo de los pescadores como la salud del medio ambiente.
La combinación de factores climáticos adversos y la actividad furtiva ha creado un panorama complicado para el marisco en Galicia durante esta temporada navideña. Los precios elevados y la escasez de productos son evidencias de un sistema que necesita atención urgente.




