La vitamina K es un nutriente esencial para el organismo, desempeñando un papel crucial en la coagulación sanguínea y la salud ósea. Su adecuada ingesta es fundamental para prevenir enfermedades y mantener un sistema circulatorio y esquelético saludables.

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La vitamina K es un nutriente esencial para el correcto funcionamiento del organismo, desempeñando un papel crucial en diversas funciones vitales. Este componente no solo es necesario para la coagulación sanguínea, sino que también es fundamental para mantener la salud de los huesos.
Desde el nacimiento, su presencia es indispensable para prevenir hemorragias severas en caso de lesiones comunes.
Marta Cárdenas de Eguino, farmacéutica y nutricionista de la clínica Samalea en Sevilla, destaca la relevancia de esta vitamina. Aunque la deficiencia de vitamina K es poco común, puede tener serias consecuencias para la salud.
La falta de este nutriente puede resultar en problemas de coagulación, lo que podría conducir a hemorragias y a una cicatrización más lenta de las heridas.
Funciones clave de la vitamina K
Además de su papel en la coagulación, la vitamina K es vital para activar ciertas proteínas que son fundamentales para mantener los huesos fuertes. Esto la convierte en un elemento crucial en el metabolismo del calcio y en la prevención de enfermedades óseas como la osteoporosis. También ayuda a prevenir la calcificación de los vasos sanguíneos, lo que reduce el riesgo de problemas cardiovasculares.
Consecuencias de la deficiencia
La carencia de vitamina K, aunque rara, puede manifestarse de diversas maneras. Según Cárdenas, los síntomas pueden incluir sangrados excesivos en distintas partes del cuerpo y la aparición frecuente de hematomas. Estos signos indican que el cuerpo no puede coagular la sangre de manera adecuada, lo que puede generar complicaciones serias en la salud.
Fuentes alimenticias de vitamina K
Para asegurar un aporte adecuado de vitamina K, es fundamental seguir una dieta equilibrada. Esta vitamina se presenta en dos formas principales: la vitamina K1 y la vitamina K2. La primera se encuentra predominantemente en verduras de hoja verde, como la espinaca y el brócoli, así como en hierbas como el perejil y el cilantro. Por otro lado, la vitamina K2 está presente en alimentos de origen animal, tales como carnes, huevos y pescados grasos.
Recomendaciones para grupos específicos
A pesar de que la deficiencia de vitamina K es rara, hay ciertos grupos de personas que deben prestar especial atención a sus niveles. Aquellos que padecen trastornos digestivos o que están bajo tratamiento con anticoagulantes deben consultar a un médico para asegurarse de que están obteniendo suficiente vitamina K en su dieta. Esto es esencial para mantener una coagulación adecuada y prevenir complicaciones asociadas.
La vitamina K es un nutriente esencial para diversos procesos en el organismo. Asegurar su ingesta adecuada a través de la dieta no solo ayuda a mantener la salud ósea, sino que también es vital para la correcta coagulación de la sangre. Es fundamental ser consciente de las fuentes de este nutriente y garantizar su inclusión en la alimentación diaria.




