La fusión musical entre Włodek y Łukasz Pawlik sorprende en un entorno espectacular.
Temas cubiertos
En una noche mágica, el Alcázar de Sevilla se convierte en el escenario de un encuentro musical único. El dúo Pawlik, formado por el reconocido pianista Włodek Pawlik y su hijo Łukasz, presenta su disco ‘Dúo Pawlik & Pawlik’. Este evento, parte de la presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea, marca un hito en su carrera, siendo la tercera vez que tocan juntos, y la conexión entre ambos es palpable.
Un escenario histórico para una presentación excepcional
El ambiente del Alcázar, con su rica historia y belleza arquitectónica, crea el telón de fondo ideal para este recital. Sin embargo, la decisión de amplificar los instrumentos en el salón de tapices plantea dudas.
Las ‘trampas de graves’ presentes en la sala absorben las frecuencias del piano, lo que podría haber dificultado la experiencia auditiva. Es un hecho conocido: el jazz y el flamenco a menudo lidiarán con la amplificación, y aquí, puede que no haya sido necesaria.
Las creencias sobre la dominancia del piano sobre el chelo son comunes, pero en la práctica, ambos instrumentos pueden coexistir en armonía. Sin embargo, la amplificación debe usarse con precaución, y en este caso, el sonido resultante se asemejaba más a otros instrumentos que al chelo mismo, lo que generó una experiencia auditiva menos que ideal.
El desarrollo del recital
Durante la actuación, Włodek y Łukasz se alternan en la presentación de sus temas. El padre improvisa mientras el hijo establece el tema, creando un diálogo musical fascinante. A pesar de las dificultades sonoras, el estilo del chelo de Łukasz brilla, con un fraseo claro y lleno de intención. Cada pieza es un viaje, y la improvisación se convierte en un elemento central.
En un momento, la música se adentra en un caos de disonancias, pero poco a poco, ambos artistas encuentran un camino hacia la tonalidad. Las influencias de la música francesa son notables, especialmente en las introducciones de Włodek, mientras que el toque ‘bluesero’ de Łukasz se hace evidente hacia el final de algunas piezas.
Interacción y complicidad
A medida que avanza el programa, la complicidad entre padre e hijo se hace más evidente. La improvisación se convierte en una conversación íntima, donde cada uno responde a las sugerencias del otro. La música flota en el aire del salón, y los momentos de diálogo son cada vez más interesantes. Además, la inclusión de una pieza grabada en Estados Unidos, en la que participaron bajo y batería, añade un nuevo matiz a la actuación.
El final del recital se cierra con una composición de Włodek, llena de energía y basada en el folklore polaco. Es una celebración de la música que, a pesar de los desafíos, logra conectar profundamente con el público presente. Sin duda, una velada que quedará grabada en la memoria de los asistentes.
