La ampliación del aeropuerto de Barcelona promete transformar la infraestructura aérea de la ciudad.

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El aeropuerto de Barcelona se encuentra en el centro de una polémica y un ambicioso proyecto de ampliación. El Govern de la Generalitat y Aena han presentado una nueva propuesta que incluye el alargamiento de la tercera pista en 500 metros, una medida que busca aumentar la capacidad para vuelos de largo recorrido.
Esta iniciativa, sin embargo, implica un considerable aumento en la inversión, que pasa de 1.700 millones a 3.200 millones de euros.
Un plan que transforma la infraestructura
El nuevo plan no solo se limita al alargamiento de la pista mar, que es la de despegue, sino que también abarca una transformación global de la infraestructura del aeropuerto.
La tercera pista, que en la actualidad tiene 2.660 metros, se extenderá hasta los 3.160 metros. La propuesta busca minimizar el impacto ambiental en la Ricarda, un espacio protegido que ha sido foco de controversia. Se estima que la ocupación de la Ricarda se reducirá en 87 metros con respecto a la propuesta inicial.
Detalles del nuevo proyecto
La nueva propuesta incluye una serie de innovaciones técnicas. Se utilizarán zonas conocidas como ‘stop ways’ y ‘Resa’ para el alargamiento de la pista. De los 600 metros de nueva área pavimentada, 540 se destinarán hacia la Ricarda y 60 hacia el Remolar. Además, el diseño del proyecto permitirá que la actividad del Puerto de Barcelona no se vea afectada.
A pesar de los esfuerzos para mitigar el impacto ambiental, la Ricarda ha pasado a ser un símbolo de la oposición a la ampliación. Para preservar este entorno, se planea una reconfiguración de la laguna, que, aunque no perderá superficie hídrica, cambiará su forma característica. La comunidad está dividida, y la presión sobre el Govern y Aena es palpable.
Objetivos a largo plazo
Con el nuevo plan, se busca atraer aerolíneas que conecten Barcelona con los principales centros socioeconómicos del mundo. Se tienen en la mira destinos como Tokio, Delhi y Vancouver. Además, se espera un incremento en el número de pasajeros, alcanzando hasta 70 millones anuales, superando el límite técnico actual de 55 millones.
Inversiones complementarias
Las reformas no se limitan a la pista. Se planea la construcción de una nueva terminal satélite y la modernización de la T1, que incluirá nuevos filtros de seguridad para agilizar el proceso de embarque. Estos cambios son parte de una inversión total significativa que también contempla mejoras en la T2 y conexiones ferroviarias con otras ciudades cercanas.
El papel de la Comisión Europea
Sin embargo, la ejecución del proyecto está sujeta a la aprobación de la Comisión Europea. Para ello, se han propuesto compensaciones ambientales de 270 hectáreas. Si todo avanza según lo esperado, el nuevo plan podría ser aprobado en 2028, con el inicio de las obras previsto para 2030.
La ampliación del aeropuerto de Barcelona es un tema candente que continúa generando debate. Las decisiones que se tomen en los próximos años tendrán profundas repercusiones en la economía local y en el medio ambiente. La comunidad espera conocer los resultados de las negociaciones y la postura de las instituciones europeas.