Más del 30% de los valencianos busca alquiler asequible fuera de su ciudad, una situación alarmante que se agrava.
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El mercado de alquiler en la Comunidad Valenciana está atravesando un momento crítico. Con un 31,8% de las personas que buscan vivienda habitual desplazándose a la periferia debido a los altos precios en la ciudad, la situación se vuelve insostenible.
Este fenómeno, predominantemente observado entre parejas jóvenes, está transformando el paisaje urbano y obligando a muchos a replantear su lugar de residencia.
Un aumento constante en la demanda de alquiler
Las cifras son alarmantes. Según un estudio de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), la demanda de alquiler ha crecido un 32,4% en comparación con años anteriores.
En junio de 2024, el aumento era del 23,9%. Este incremento no es casual; responde a una mezcla de factores donde las rentas están subiendo, mientras la oferta se desploma. Las inmobiliarias reportan una disminución del 33,6% en el número de viviendas disponibles para alquiler.
Un cambio drástico para los inquilinos
Nora García Donet, presidenta de ASICVAL, advierte sobre la complejidad de la situación. “Este año vencen los contratos de alquiler firmados en 2020, antes de que los precios se dispararan. Los inquilinos se ven obligados a enfrentar un panorama completamente diferente”, explica. Muchos se encuentran ante la dura realidad de afrontar rentas mucho más elevadas y la necesidad de desplazarse fuera de la ciudad para encontrar opciones más asequibles.
Precios del alquiler: una brecha creciente
El precio medio demandado para un alquiler en la Comunidad Valenciana está en 725,8 euros, mientras que las rentas que realmente se están pagando rondan los 874 euros. Esta discrepancia es significativa y muestra cómo la presión económica afecta a una gran parte de la población. La búsqueda de viviendas asequibles se ha convertido en una constante, y el 31,8% de quienes buscan alquiler optan por la periferia, buscando una solución a su problemática habitacional.
La percepción del riesgo en el sector
A pesar de la demanda, los propietarios de viviendas ven el alquiler como una actividad arriesgada. En el último año, se ha incrementado un 43,3% la contratación de seguros para asegurar el alquiler. Esto indica un clima de incertidumbre, donde cada vez más propietarios temen problemas de impago. García Donet señala que muchos pequeños propietarios están en una situación precaria: “Son aquellos que alquilan su primera residencia y dependen de esos ingresos para cubrir sus hipotecas”.
El perfil de los inquilinos en València
La composición del perfil arrendatario también revela cambios. Las parejas sin hijos representan el 60,2% de los inquilinos, seguidas de parejas con hijos y personas que viven solas. Este panorama muestra cómo el alquiler se ha convertido en una opción prioritaria para las familias jóvenes. Sin embargo, no todos pueden permitirse vivir dentro de la ciudad, lo que exacerba la crisis habitacional y plantea interrogantes sobre el futuro de la vivienda en la región.
¿Qué nos depara el futuro?
La situación es tensa, y las preguntas quedan en el aire: ¿cómo afectará la Ley de Vivienda a los pequeños propietarios? ¿Podrán los inquilinos encontrar soluciones viables en medio de esta crisis? La escasez de viviendas asequibles es un hecho, y los próximos meses serán cruciales para determinar si se implementarán estrategias efectivas para abordar esta problemática. La comunidad observa con preocupación, esperando respuestas en un escenario cada vez más complicado.
