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El acuerdo histórico de Gibraltar elimina la verja y redefine su estatus tras el Brexit

El acuerdo sobre Gibraltar tras el Brexit elimina la verja y redefine las relaciones entre la UE y Reino Unido.

Un acuerdo histórico se ha alcanzado en Bruselas con la participación de la Comisión Europea, Reino Unido y España, dando respuesta a la cuestión del estatus de Gibraltar tras el Brexit. José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, ha exclamado que «con este acuerdo desaparecerá la verja, el último muro de la Europa continental», una afirmación que resalta la importancia del pacto.

Este compromiso, que culmina casi cuatro años de intensas negociaciones, se materializará pronto en un texto jurídico que promete cambiar la dinámica entre Gibraltar y el resto de Europa.

La situación actual de Gibraltar

Gibraltar, un territorio británico de ultramar, ocupa un promontorio de 2,6 millas cuadradas justo al sur de España, país que reclama su soberanía.

Aunque Reino Unido salió de la UE, la situación de Gibraltar seguía siendo un tema sin resolver. Ahora, tras el acuerdo, se establece un nuevo marco legal que, según el comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, «beneficia a todos y da seguridad y certidumbre a personas y empresas de la zona». La eliminación de barreras físicas y controles en la frontera terrestre entre España y Gibraltar es un aspecto crucial del acuerdo.

Eliminación de la verja y nuevos controles

El acuerdo va más allá de quitar una simple verja; se establece un nuevo paradigma para las relaciones entre la UE y Reino Unido. Con la eliminación de esta barrera, Gibraltar se incorpora de facto al espacio Schengen. A partir de ahora, los controles físicos en la frontera terrestre desaparecerán. España llevará a cabo los controles Schengen, mientras que los controles británicos se mantendrán como hasta ahora, señala el documento. Esto representa una gran transformación en la manera de gestionar el flujo de personas y mercancías entre ambos territorios.

Implicaciones para la soberanía y las relaciones bilaterales

A pesar de las mejoras en la gestión de la frontera, el tema de la soberanía sigue siendo delicado. El Reino Unido ha mantenido la soberanía sobre Gibraltar desde 1713, aunque España sigue reclamando el territorio. Ambos países han asegurado que el acuerdo no altera sus posiciones sobre la soberanía. «Este pacto salvaguarda las respectivas posiciones jurídicas de España y el Reino Unido», afirman. Así, Gibraltar seguirá siendo británica, pero España no renuncia a su histórica reclamación.

Reacciones políticas y la perspectiva de los gibraltareños

Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, ha enfatizado en redes sociales que no se renuncia a las reclamaciones sobre el istmo y la retrocesión de Gibraltar. Mientras tanto, David Lammy, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, ha destacado que el acuerdo protege la soberanía británica y apoya la economía de Gibraltar, permitiendo que las empresas planifiquen a largo plazo. Sin embargo, la oposición conservadora británica ha calificado el pacto de «rendición», sugiriendo que podría sentar un precedente peligroso.

Impacto en la economía y la vida diaria

Gibraltar alberga a unas 32.000 personas y la economía del Campo de Gibraltar, donde viven muchos españoles que trabajan en la zona, depende en gran medida de la buena relación con el Peñón. Aproximadamente 15.000 personas cruzan diariamente la frontera, y el acuerdo facilitará este tránsito. Las preocupaciones iniciales sobre la introducción del sistema de entrada/salida de la UE se han disipado, lo que podría haber causado grandes retrasos en la frontera. Este nuevo marco promete no solo aliviar las tensiones, sino también mejorar las condiciones de vida para muchos.

¿Qué depara el futuro?

A medida que el acuerdo entra en vigor, las partes involucradas parecen tener la esperanza de que esta nueva etapa beneficie a todos los habitantes de Gibraltar y de los municipios cercanos en España. Sin embargo, el camino hacia una relación armoniosa está lleno de interrogantes. ¿Podrán mantener este equilibrio sin que surjan nuevas tensiones? ¿Cómo afectará esto a la percepción de soberanía en ambos lados? Las respuestas aún están por verse.


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