Siguiendo una orden de la Corte Suprema, el gobierno de Delhi ha prohibido el uso, almacenamiento y venta de bolsas de plástico en las grandes zonas comerciales de la ciudad.
Quien sea cogido con una bolsa de plástico puede enfrentarse a una multa de 100.
000 rupias (1.
500 euros) e incluso la cárcel.
Ejemplo a seguir en un país que no se caracteriza por la limpieza de sus megalópolis.
Si la ley se cumple, Delhi será una ciudad con menos tráfico aéreo bolsístico, que ya se sabe lo que vuelan las dichosas bolsas de plástico.
Los ecologistas se han propuesto la –ardua- tarea de acostumbrar a los consumidores a llevar siempre sus propias bolsas cuando van de compras.
Los dueños de los comercios han advertido que el costo extra que representen las bolsas biodegradables, de papel o de tela, será pagado por el consumidor.
Si, tal y como se ha anunciado, el gobierno comienza a cerrar las fabricas de bolsas de plástico, tanto comerciantes como consumidores tendrán que acostumbrarse a: dar bolsas de otro tipo sin cobrar extra o arriesgarse a perder clientela; y a llevar su bolsa de tela a la compra.
A todo nos hemos acostumbrado, ¿por qué no a esto?Vía
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