El Congreso recuerda a José Enrique Serrano en medio de un acalorado debate político.
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El Congreso de los Diputados ha vivido un momento conmovedor este miércoles cuando se guardó un minuto de silencio en memoria de José Enrique Serrano, histórico jefe de gabinete en la Moncloa de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero, quien falleció el día anterior.
Este homenaje, aclamado con un aplauso unánime, rompió la habitual polarización política, al unirse todos los diputados, sin distinción de partidos, en un gesto de respeto y recuerdo. Sin embargo, este paréntesis emocional se vio rápidamente eclipsado por la feroz confrontación entre el PP y el PSOE que caracteriza la actual legislatura.
Un ataque directo a Sánchez
Inmediatamente después del homenaje, la atmósfera en el hemiciclo cambió drásticamente. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, aprovechó la sesión de control al Gobierno para lanzar un ataque directo contra Pedro Sánchez. Feijóo no escatimó en palabras al referirse al procesamiento del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y al registro policial en la casa del exministro José Luis Ábalos. “Es usted un verdadero peligro para la democracia”, sentenció Feijóo, estableciendo así un tono de confrontación que dominaría el resto de la sesión.
La respuesta de Sánchez
Pedro Sánchez no tardó en responder. “No se equivoque, señoría”, advirtió al líder del PP, defendiendo la labor de su Gobierno. “Siempre estaré del lado de los fiscales que persiguen a los delincuentes”, declaró, refiriéndose a la controversia que rodea a García Ortiz. En un tono desafiante, Sánchez subrayó que España necesita un presidente activo y no a alguien que se siente a esperar. También destacó los logros de su gestión, presentando cifras económicas que, según él, son prueba de su capacidad para gobernar. “El mejor aval para continuar gobernando”, insistió, desestimando las demandas del PP sobre un adelanto electoral.
Feijóo y la crítica a la gestión
Feijóo, no conforme con la respuesta de Sánchez, continuó atacando. Lo describió como un presidente atrapado en un “búnker” al estilo de los autócratas. Criticó la gestión del Gobierno, afirmando que la situación del fiscal general es sin precedentes en la democracia. “No puede perseguir delitos quien presuntamente los ha cometido”, enfatizó, demandando el cese inmediato de García Ortiz. Su retórica se intensificó, advirtiendo que la falta de acción del Gobierno está alterando la convivencia y debilitando la separación de poderes. “Lo que hace es trágico para nuestro país”, sentenció, prometiendo que el pueblo español devolverá a Sánchez al lugar del que nunca debió salir.
Un intercambio de acusaciones
El debate se tornó más personal con Sánchez acusando a Feijóo de proyectar sus propios errores. “Se llama acción en espejo”, le dijo, haciendo alusión a la antigua relación del líder del PP con el narcotraficante Marcial Dorado. “Habla de corrupción cuando su propio partido ha estado tapando escándalos”, agregó, subrayando que Feijóo no ha reconocido los resultados de las últimas elecciones generales. En un ambiente cargado de tensión, cada acusación resonaba con fuerza en el hemiciclo.
Una jornada marcada por la tensión
Con cada intervención, la tensión en el Congreso aumentaba. El homenaje a Serrano, que había sido un momento de unidad, se desvanecía en medio de una disputa política que parece no tener fin. Con acusaciones de un lado a otro, el futuro del Gobierno se asoma incierto. Las palabras de Feijóo, que resonaban como un eco de advertencia, y la defensa de Sánchez, que luchaba por mantener su posición, dejan al país en un estado de expectación. ¿Qué sucederá en la próxima sesión? Las respuestas quedan en el aire, mientras el pulso entre los dos grandes partidos continúa.
