El gobierno español sostiene su apoyo al fiscal general, Álvaro García Ortiz, en medio de críticas y un auto de procesamiento.

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En un giro inesperado, el gobierno español ha salido en defensa del fiscal general, Álvaro García Ortiz, tras el auto de procesamiento emitido por el Tribunal Supremo. Félix Bolaños, ministro de Presidencia, dejó claro su respaldo al fiscal, afirmando que la confianza en él es «absoluta».
En medio de un clima de tensión política, esta declaración se convierte en un baluarte de defensa en un caso que ha captado la atención pública y mediática.
Confianza en el fiscal general
Bolaños subrayó la integridad de García Ortiz, definiéndolo como un «servidor público ejemplar» que ha dedicado su carrera a la persecución del delito.
«Sin duda, la verdad prevalecerá», confió el ministro, destacando que el auto de procesamiento no es definitivo y que existe la posibilidad de apelar. Esta afirmación resuena en un escenario donde la presunción de inocencia es clave.
Rechazo a las acusaciones
A pesar de la gravedad del auto de procesamiento, el ministro rechazó de plano las insinuaciones de que el gobierno habría influido en el fiscal. «Quiero negar rotundamente esto», exclamó, lamentando que se haga una afirmación tan grave sin pruebas contundentes. La fragorosa defensa del gobierno se presenta en un contexto donde la oposición, liderada por el Partido Popular, exige respuestas y responsabiliza a García Ortiz de filtraciones relacionadas con un caso de fraude fiscal que involucra a la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Una atmósfera de cacería política
El gobierno no se detiene ahí. En un tono de desafío, Bolaños y otros ministros han calificado la situación como parte de una «cacería» política orquestada por la derecha. «No hay caso», sostienen, mientras se perciben como blanco de una campaña de desprestigio. Esta narrativa no es nueva; el gobierno ha defendido en múltiples ocasiones que la investigación es una estrategia de distracción por parte de la oposición.
Reacciones desde el gobierno
Los ministros de Transportes y Política Territorial han sumado sus voces al clamor de apoyo hacia García Ortiz. Óscar Puente enfatizó que el auto del magistrado del Supremo es un reflejo de la ineficacia de la oposición, aludiendo a la reciente manifestación de Alberto Núñez Feijóo en Madrid. «La oposición real tiene que salir todos los lunes a arreglar los desaguisados de Feijóo», bromeó, insinuando que el gobierno está más centrado en la gestión que en la controversia.
Un caso que sigue dando de qué hablar
La situación se complica a medida que avanza el proceso. Mientras el gobierno reafirma su apoyo, la presión de la oposición no cesa. Las críticas al fiscal general se intensifican, y el eco de las acusaciones de corrupción resuena en el Congreso. Sin embargo, desde la Moncloa, se mantiene firme la postura de que García Ortiz no es el culpable, sino la víctima de un ataque político. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá el fiscal general mantener su puesto en medio de esta tormenta?
Un futuro incierto
El camino hacia adelante parece lleno de obstáculos. Con cada declaración, el gobierno se enreda más en la complejidad del caso. La oposición sigue buscando debilitar la figura del fiscal general, mientras que el Ejecutivo lucha por mantener la confianza pública. ¿Logrará el gobierno sostener su apoyo inquebrantable hacia García Ortiz? El tiempo y los próximos acontecimientos dirán si esta defensa se mantiene o se desmorona bajo la presión política.