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Donald Trump abandona la cumbre del G-7 por la crisis entre Irán e Israel

La salida de Trump del G-7 resalta la creciente tensión en Oriente Medio y su compromiso con la defensa de Israel.

En una repentina decisión, Donald Trump ha abandonado la cumbre del G-7 en Kananaskis, Alberta, un día y medio antes de su conclusión. Esta no es la primera vez que el presidente estadounidense actúa de manera inesperada en estas reuniones, pero esta vez su salida se justifica por la urgente necesidad de gestionar la escalada de violencia entre Irán e Israel, un conflicto que ha alcanzado niveles alarmantes.

Un cambio de planes notable

Antes de retirarse, Trump firmó una declaración conjunta que reafirma el «derecho de Israel a la autodefensa». La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó que, a pesar de los logros alcanzados en la cumbre, la situación en Oriente Medio requería su atención inmediata.

«El presidente tuvo un gran día, pero la crisis en la región es prioritaria», afirmó Leavitt en la red social X.

La cena y el anuncio de urgencia

Al llegar a la cena con los demás líderes, Trump expresó su preocupación: «Probablemente estén viendo lo que yo veo, y tengo que volver lo antes posible». En un giro dramático, mencionó que, aunque hubiera querido quedarse, las circunstancias eran ineludibles y los otros líderes lo comprendían.

Consecuencias de su partida

Trump se dirige inmediatamente a la sala de crisis de la Casa Blanca, donde convocará al Consejo de Seguridad Nacional para coordinar la respuesta de Estados Unidos ante el conflicto. Este nivel de compromiso plantea interrogantes sobre su futura implicación en acciones militares, específicamente sobre la posibilidad de atacar instalaciones nucleares iraníes, una decisión que podría deshacer una de sus promesas de campaña: evitar nuevos conflictos bélicos en el extranjero.

La presión de Netanyahu

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ha solicitado asistencia para desmantelar la central nuclear de Fordo, una instalación subterránea crítica para Irán. Para ello, necesita el apoyo de bombarderos que, hasta ahora, no forman parte del arsenal estadounidense. Este escenario complica aún más la situación, ya que Trump, que ha manifestado su oposición a involucrarse en guerras externas, ahora evalúa la posibilidad de una acción militar directa.

Un conflicto en aumento

La escalada de ataques ha dejado un saldo devastador: más de 200 muertos en Irán y decenas en Israel. Trump, a través de sus redes sociales, ha emitido advertencias sobre la gravedad de la situación, sugiriendo una evacuación de Teherán. «Irán no puede tener armas nucleares. ¡Lo he dicho una y otra vez!», enfatizó, reflejando su postura firme y alarmante ante el conflicto.

Negociaciones en suspenso

Este conflicto ha fracturado las negociaciones que estaban en curso desde abril en Omán, donde se buscaba un acuerdo sobre el programa nuclear iraní. La situación se ha vuelto crítica, obligando a Estados Unidos a evacuar a su personal diplomático y a reforzar su presencia militar en la región, mientras Israel intensifica sus esfuerzos para interceptar misiles iraníes.

Un futuro incierto

La Casa Blanca busca restablecer el diálogo con Teherán, pero las tensiones actuales dificultan cualquier acercamiento. Mientras tanto, Trump, junto a sus asesores, se prepara para enfrentar una posible guerra, una decisión que podría redefinir su legado político y su posición en la historia. La escalada de violencia y la confusión sobre el futuro de las relaciones en Oriente Medio continúan siendo un tema candente, esperando por resoluciones que, por ahora, parecen lejanas.


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