En el mismo epicentro de Mercedes, en su central de Stuttgart y tras una inversión cercana a los 160 millones de euros, el fabricante alemán inauguró hace unos pocos días un nuevo edificio dedicado en exclusiva a alojar la colección de simuladores más fabulosa de Europa, del que Jordi os mostró el otro día el más grande.
El arquitecto encargado del proyecto tuvo la genial ocurrencia de dejar la gran nave que aloja al más grande de todos ellos, una gigantesca abertura a modo de ventana.
De este modo, los conductores que bordean en complejo de Daimler en dirección al recinto ferial de Stuttgart, pueden contemplar a través de ella cómo realiza constantemente movimientos eléctricos, casi violentos.
En su interior, pueden alojarse incluso cabinas de camión casi completas, lo único que se les hace a los vehículos al entrar aquí es sustituir su suspensión por un sistema de sujeciones fijas al suelo.
Nuevo simuladores de MercedesTambién las conexiones entre el motor y el vehículo se sustituyen por otra con la máquina.
Una vez dentro, hasta donde se accede a través de una rampa levadiza que da la impresión de estar adentrándote en la cabina de un trasbordador espacial, y tras cerrarse la trampilla que hace las veces de puerta, te sumerges en el mundo de realidad virtual gracias a una pantalla panorámica que abarca los 360 grados.
En la proyección que pueden ver los pasajeros y el conductor, además de interctuar a la perfección con las acciones de quien se encuentre al volante, todo va cambinado: los peatones caminan, los coches circulan… y la física de los movimientos no debe ser reproducida porque te mueves de verdad como lo harías en la realidad.
Aunque la célula principal del simulador está construida principalmente en aluminio y fibra de carbono –tiene la forma concreta de un hexágono- su peso en vacío asciende a 22 toneladas.
Un conjunto de seis gigantescos brazos hidráulicos aseguran los movimientos de cabeceo de la cúpula, que puede incluso llegar a reproducir vuelcos.
Para el movimiento transversal, todo el conjunto se mueve por unos raíles de aluminio de 12 metros de longitud, a lo largo de los cuales la máquina puede desplazarse a una velocidad de hasta 36 km/h, es decir, exactamente un G de aceleración.
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