¿Os imagináis un coche eléctrico que utilice sus propios paneles de la carrocería para almacenar energía eléctrica? Este es el sueño y la idea en la que trabaja Volvo, que ha encontrado en los paneles de sus coches el mejor sitio para almacenar electricidad.
El fabricante de automóviles sueco está trabajando en esta posibilidad, ya que forma parte de un proyecto de 3,5 millones de Euros de la Unión Europea.
El proyecto en sí se desarrolla en el Imperial College de Londres, nueve empresas distintas colaboran actualmente en él, y de todas ellas Volvo es la única fabricante de coches que toma parte en el proyecto.
La manera de funcionar de los paneles es relativamente sencilla, y es posible gracias a que están fabricados por un material composite de polímeros y fibra de carbono que almacena la energía incluso mejor que las baterías convencionales.
Además de su capacidad de almacenaje, el nuevo material es fuerte y flexible, por lo que permite ser moldeado para crear los paneles de la carrocería sin ningún problema.
Según los datos de Volvo, el uso de este nuevo material reduce el peso del vehículo en un 15% además de ofrecer la misma seguridad que los coches con carrocería convencional.
Este proyecto de alta tecnología no es nuevo, sino que las distintas compañías participantes ya llevan más de tres años trabajando en él y Volvo estudiando la forma de llevar este material a sus futuros coches eléctricos.
Además del uso en la industria del automóvil, este descubrimiento permitirá alargar la autonomía de los ordenadores portátiles o reducir el grosor de los teléfonos móviles al de una tarjeta de crédito.
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