Toda la vida empeñados en aquello del “caballo grande, ande o no ande” aplicado a todo en el mundo de automóvil y, mira por donde, ahora los hay que se las pelan tratando de adquirir experiencia necesaria en construir motores que, hasta hace poco, les habrían puesto a una máquina de cortar el césped.
El caso es que gracias a la inyección electrónica y por culpa de la contaminación y los precios del petróleo el futuro parece más que nunca reposar en los motores más pequeños.
Ayer mismo, el vicepresidente global de operaciones de GM, Tom Stephens, y el presidente de SAIC, Cheng Hong anunciaron que ambas compañías habían firmado un acuerdo para desarrollar motores.
El objetivo es conseguir un propulsor global de gasolina de 1.
0 a 1.
5 litros que ambos fabricantes podrían instalar en una amplia gama de vehículos y con él podrían cumplimentar cualquier normativa de emisiones de los próximos diez o quince años.
El desarrollo de todo el proyecto se llevará a cabo en dos lugares a un tiempo: en Detroit y en un centro de investigación de la industria del automóvil que GM y SAIC mantienen en Shangai, que en esto los chinos os aseguro que no son tontos.
El motor se construirá para coches pequeños de tracción delantera e incorporará todos los adelantos tecnológicos para la reducción de consumos y emisiones.
Únicamente con una nueva transmisión se espera lograr un 10% de bajada en ambos.
“Este acuerdo de desarrollo abre un excitante capítulo en la cooperación entre SAIC y GM.
No solo podremos incorporar las tecnologías punteras en ecología en nuestros próximos vehículos, sino que construiremos una importante ingeniería que demostrará el compromiso de GM y SAIC con el medioambiente”, Hu Maoyuan, presidente de SAIC.
Traducción libre.
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