Desde que llegó al mercado, hace cuatro años, el Bugatti Veyron es el coche más caro y potente de los que se realizan en serie. En total se construirán cien unidades a un precio de salida de un millón de euros, aunque en el preciso instante de la entrega ya pueden revenderse por cerca del doble.
Ahora habrán subido otro 1% su valor porque queda una unidad menos de este superdeportivo. Al menos hasta que en la factoría francesa sean capaces de arreglar el desaguisado que ha formado el niñato que iba al volante del Veyron que veis en el vídeo de abajo.
Digo niñato aunque no sé la edad que tenga, da igual. El personaje no quiso identificarse ante la policía –lo único que hizo bien-, al parecer, cuando iba bordeando el lago se despistó al quedarse mirando un pelícano volando bajo.Cuando quiso darse cuenta, el coche estaba sobre una zona fangosa y al querer volver a la carretera giró bruscamente el volante, lo que le hizo perder del todo el control completamente y acabar dentro del lago. Hasta ahí, algo más o menos “comprensible” porque lo peor viene después. El muy imbécil no deja para el motor, con lo que éste siguió funcionando durante unos quince minutos medio sumergido.PUBLICIDADPUBLICIDADEl complejo sistema de refrigeración del Veyron, con 14 radiadores, tendrá que reconstruirse desde cero. La electrónica también se habrá ido al garete, y ahora que le habrá entrado agua al motor, veremos a ver la cómo hacen para quitar la posible corrosión. Además, la guinda del pastel la puso de nuevo el conductor al dejarse la puerta abierta. La verdad es que lo único que no hay que lamentar es la factura de la reparación que tendrá que pagar.
