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María Forqué creció de unos padres con talento y vivió rodeada del mundo del celuloide, lo que la llevó a interesarse por el arte desde pequeña. Estudió Bellas Artes en Madrid, pero nunca ha querido quedarse en una única disciplina.
Ha tocado y toca todo lo que a ella le parece que es arte y se considera a si misma como una artista multidisciplinar e inclasificable.
En 2012 fue la protagonista de un famoso anuncio de la firma Loewe, junto a otros hijos de famosos que repetían frases y mostraban una actitud elitista de acuerdo a lo que Loewe representa en el mundo de lujo y la exclusividad.
María decía la frase de su madre en la película Kika de Almodóvar: ‘Arriba la pestaña’.
María, vivió dos años en Tailandia, llenándose de la energía del país asiático junto a su pareja del momento, el faquir y artista underground Paco Polo.
Regresó en 2014 y comenzó a hacer performances al mismo tiempo que incursionaba en el cine de la mano de su padre en The Leftlovers. También ha participado en Ocho apellidos catalanes y en un par de producciones más.
María dice que cuando era jovencita veía a los djs con el pelo largo ‘como moiseses’ y que por ese motivo ella decidió que sería la Virgen María de las discotecas. Lo suyo es un tipo de arte tan irreverente y transgresor como su nombre artístico.
Haciendo un curso de interpretación en Nueva York, descubrió la libertad que da hacer performances utilizando el desnudo y juntando esa libertad con la música, inició el camino que quería desarrollar.
María, luce sus performances y sus desnudos más o menos integrales en su red social, mediante fotos y vídeos que no deja de subir. Es una artista provocadora y no le pone límites a lo que ella considera arte y se considera una mujer en fase de explorarlo todo. María se define en cinco palabras: ‘meditación, sexos, música. Conexión y Dios’.
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