La Plaza México, la más grande del mundo para corridas de toros; ha reabierto sus puertas el pasado domingo tras más de un año y medio de inactividad debido a una orden judicial, generando miles de protestas antitaurinas en las afueras.
La celebración del regreso de la tauromaquia a la capital mexicana atrajo a más de 42,000 espectadores, llenando el recinto y eclipsando las protestas antitaurinas en las afueras.
Esta reapertura, posibilitada por una decisión reciente de la Suprema Corte; ha sido un momento de júbilo para los aficionados pero también de controversia y enfrentamiento con los manifestantes animalistas.
La ilusión de los aficionados chocó frontalmente con la indignación de los manifestantes antitaurinos en los alrededores de la Monumental de México.
La policía intentó mantener la separación entre ambos grupos, pero el conflicto era inevitable.
Unos 200 manifestantes se concentraron con pancartas expresando su repudio a la tauromaquia, y la tensión aumentó a medida que se acercaba el inicio de la corrida.
Hubo intentos de derribar vallas de acceso y enfrentamientos con la policía antidisturbios; resultando en agresiones a varios espectadores y la detención de una mujer que intentó acceder al recinto.
México se posiciona como el segundo país con mayor tradición taurina después de España; con 216 plazas de toros, 262 ganaderías bravas, y aproximadamente 800 eventos anuales.
La industria taurina genera ingresos significativos y es responsable de miles de empleos, tanto directos como indirectos, según Ramiro Alatorre, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia.
Este panorama refuerza la demanda de los taurinos por la continuidad de las corridas en la capital.
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