Seguro que a más de uno de vosotros leer este post le va a costar el disgusto de la semana, pero lo cierto es que ésta no es más que la crónica de una muerte anunciada como titulaba la famosa novela.
El pasado día 31 de octubre, el contrato que mantenía GM con los vendedores de Pontiac ha expirado sin que medie negociación alguna para ampliarlo.
Esta podría considerarse el final de facto de un fabricante con 84 años de historia, gloriosa en ocasiones.
Las causas serán muchas, pero lo cierto es que desde 1968, año en que Pontiac alcanzó su cifra máxima de ventas, estas han ido bajando sin parar hasta descender en un millón de unidades hasta hace un par de años.
El cenit de la marca se alcanzó en 1964, con la presentación del primer Muscle Car de la historia, el Pontiac GTO, del que podéis ver un vídeo debajo de esta galería.
Un poco más abajo, encontraréis otra del peor coche de su trayectoria, el incomprensible Aztek.
Pontiac GTOLa agonía de cuatro décadas de esta marca tuvo su punto clave, seguramente, en 1984, cuando se reestructuró la firma bajo el mandato de Roger Smith, que se empeñó en recortar costes en el desarrollo de los motores y componentes.
El objetivo era resistir el fuerte embate de los fabricantes japoneses.
Para ello, el ejecutivo empezó a emplear masivamente piezas de otras marcas de GM, con lo que los modelos ochentenos de Pontiac perdieron gran parte de su carácter.
En 2009, GM anunció la desaparición definitiva de Pontiac, el año anterior sus ventas alcanzaron apenas 267.
000 unidades, menos de un tercio de las que acumuló en 1968.
Desde sus inicios, en 1926, el fabricante se dedicó a construir vehículos populares, pero en los años 50 estuvo a punto de desaparecer, lo que llevó a los directivos de GM a decidirse a darle la vuelta y convertirla en una marca de deportivos, también asequibles, lo que le llevó a alcanzar la gloria, aunque sólo fuera por apenas 15 años.
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