El otro día os contaba que un nuevo avance en nanotecnología podría ayudar a aumentar la capacidad de los depósitos de hidrógeno para coches. Todavía es pronto, sin embargo, para levantar las campanas al vuelo. La tecnología de la pila de combustible o del motor de combustión de hidrógeno se conocen hace mucho tiempo y si no han llegado todavía al público no es porque a los implicados los les interese.Más abajo os dejo una galería con una serie de ilustraciones que GM usó hace unos ocho años para mostrar cómo se imaginaba un futuro con estos vehículos.
Desgraciadamente, parecen demasiado ideales, incluso todavía queda algo de tiempo para que podamos ver ese patinete de H2 que el fabricante pretendía desarrollar como plataforma para todos sus vehículos de esta tecnología. Si os fijáis bien en esa imagen, podréis ver que los ingenieros se olvidaron de ponerle el enorme tanque necesario para contener este gas.
Las células de las pilas de hidrógeno tampoco son tan pequeñas todavía, se ha conseguido hacerlas muy finas pero hay un problema para su miniaturización: a menor superficie, menor intercambio de electrones y, por tanto, menor cantidad de electricidad que se genera. Visiones de la economía del hidrógenoEl resto de la factura es impecable, todo se encuentra integrado a la perfección, incluso utilizan motores independientes a cada rueda. Creo recordar que, a pesar de que GM no dispone de ese tipo de tecnología, Michelin tiene una rueda con un motor eléctrico acoplado de 64 CV. Uno en cada goma actuando síncronamente puede mover con mucha efectividad casi cualquier cosa.El Hydrogen4 de Opel/GM es un coche mucho más pesado y grande por necesidad. Si algún día este u otro fabricante desarrollara una plataforma semejante sobre la que acoplar diferentes carrocerías, estaríamos a un paso de poder comprar un coche de hidrógeno en un concesionario. En cualquier caso, este año vamos a ver la presentación de varios nuevos modelos de este tipo.
