La sensación que me ha invadido cuando he visto por un momento el primer vídeo ingame de Resonance of Fate ha sido, irremediablemente, el de nostalgia.
Nostalgia al recordar como hubo un tiempo en el que los mapeados eran escenarios pregrabados, bien movidos en 3D o directamente prerrerendizados.
Una época en la que las melodías y el silencio de los diálogos llenaban más que cualquier alarde tecnológico.
Si a esas sensaciones únicas le sumamos a día de hoy el poder de una consola de última generación como PlayStation 3 o Xbox 360 el resultado que obtenemos es un maravilloso juego de rol, con todas las letras y con la boca muy llena.
Quizás esté exagerando o me esté dejando llevar ante el ansia de volver a todo eso, no sé… no obstante no hemos visto mucho más de Resonance of Fate.
Apenas un par de vídeos de los frenéticos combates y las primeras secuencias que nos daban a conocer la existencia del desarrollo de un llamativo juego japonés, conocido entonces como End of Eternity y que cambió de título para el mercado yankee.
Pero bueno, hoy es un día que invita a soñar.
Y oye, a alguna esperanza hay que agarrarse.
La evolución no está reñida con lo clásico, y creo que Resonance of Fate dará buena cuenta de ello.
Al menos, repito, esa es la sensación que a mí me da.
Sega ha dado hoy una muestra de que puede todavía darnos alguna sorpresa, así que no sería extraño ver un juego neoretro… y madre mía qué palabra me acabo de inventar.
