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El jugador brasileño, Dani Alves en libertad provisional, se presenta por primera vez en el juzgado para firmar, cumpliendo con los requerimientos impuestos por la Audiencia de Barcelona
Dani Alves ha retomado su vida fuera de las rejas al presentarse este jueves a las 9:20 de la mañana en la secretaría de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona.
Este acto marca el inicio de sus comparecencias semanales; una condición impuesta por el tribunal al establecer una fianza de un millón de euros para su libertad provisional.
Aunque su presencia en el juzgado será requerida cada viernes, esta vez ha acudido en jueves debido a que el viernes es festivo.
En esta nueva etapa de su proceso legal, Alves está acompañado de Inés Guardiola; quien asumió su defensa después de que el jugador solicitara la venia a Cristóbal Martell.
Guardiola ha conseguido, contra todo pronóstico y en medio de un clima de opinión pública mayoritariamente adverso, que Alves reciba una condena significativamente menor a la esperada: cuatro años y medio.
Este resultado es notablemente inferior a las demandas iniciales de las acusaciones.
Mientras se esperan los recursos y se confirma la firmeza de la sentencia —un proceso que podría extenderse varios años—, Dani Alves tiene prohibido salir de España.
Deberá permanecer siempre localizable, para lo cual ya ha proporcionado un número de teléfono al tribunal.
Además, se le impide acercarse o intentar comunicarse con la víctima, medidas que buscan garantizar tanto su disponibilidad para futuras diligencias judiciales como la protección de la parte afectada.
La reaparición de Alves no ha pasado desapercibida ni ha sido bien recibida por todos.
Tanto a su llegada como a su salida del juzgado; el jugador enfrentó abucheos y expresiones de repudio por parte de algunos individuos que se encontraban al otro lado de la calle, frente al edificio judicial.
Uno de los asistentes llegó a insultarlo gravemente; reflejando la polarización y el impacto emocional que este caso ha generado en la opinión pública.
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