A pesar de algunos avances, las empresas catalanas aún enfrentan grandes retos en igualdad de género.

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Un panorama desalentador
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la desigualdad de género en las empresas catalanas sigue siendo un problema significativo. Según un estudio reciente de la Cambra de Comerç de Barcelona, desde 2018 no se han observado avances notables en la representación femenina en posiciones de liderazgo.
Este informe revela que ninguna de las empresas cotizadas cumple con el marco legal que exige un mínimo del 40% de mujeres en los consejos de administración. La situación es aún más preocupante al considerar que, en general, ninguna dimensión empresarial alcanza este objetivo.
El sector de la hostelería como excepción
El único sector que muestra un progreso relativo es la hostelería, donde el 35,6% de los cargos decisivos están ocupados por mujeres. Sin embargo, en otros sectores como el comercio y la industria, el crecimiento ha sido mínimo, y en áreas como los servicios y la construcción, la representación femenina ha disminuido. Laura Llinàs, representante de la Cambra, señala que la evolución en la última década ha sido “ridícula”, y atribuye esta falta de progreso a la ausencia de obligaciones normativas que impulsen cambios significativos.
Políticas de igualdad en aumento
A pesar de los desafíos, el informe también destaca que ha habido una mejora en la implementación de políticas de igualdad en las empresas. De las nueve políticas comparables analizadas, todas han visto un aumento en su aplicación. Por ejemplo, el protocolo de acoso ha pasado del 23,7% en 2018 a cerca del 75% en la actualidad. Asimismo, los planes de igualdad han aumentado del 46% al 74%, y las formaciones en materia de igualdad han crecido del 36% al 58%. Estas mejoras son impulsadas por un marco normativo que obliga a las empresas a adoptar estas políticas.
Percepción de la discriminación
Un aspecto alarmante es la percepción de la discriminación en el lugar de trabajo. Más del 40% de las empresas creen que no existe discriminación hacia las mujeres, a pesar de que los datos indican lo contrario. Solo el 20,4% reconoce que sí hay discriminación. Además, el 36% de los establecimientos considera que las mujeres están suficientemente representadas en puestos estratégicos, mientras que solo un 24% opina lo contrario. Esta discrepancia entre la percepción y la realidad es un obstáculo para avanzar hacia la igualdad.
La necesidad de un cambio cultural
La catedrática Tània Verge enfatiza que los roles sociales de género continúan influyendo en la distribución de tareas, lo que resulta en una doble jornada para las mujeres. Esta situación no solo afecta su bienestar, sino que también perpetúa la desigualdad en el ámbito laboral. Para abordar estos problemas, es fundamental que las empresas implementen planes de igualdad de manera efectiva y participativa, involucrando a todos los empleados en el proceso. La educación sobre la igualdad de género y la sensibilización son pasos cruciales para cambiar la percepción de la desigualdad y fomentar un entorno laboral más equitativo.