Una multitudinaria caravana de migrantes que se dirigía a EE.UU, se disgrega y se entrega a las autoridades en el sur de México.
Después de un trayecto de nueve días y 105 kilómetros, la caravana de miles de migrantes que partió en Nochebuena de 2023 desde Tapachula, en la frontera sur de México, ha llegado a su fin.
Este martes, los migrantes se entregaron a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) en Mapastepec, Chiapas.
Los migrantes aceptaron subir a los autobuses del INM para ser trasladados al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF); situado a 50 kilómetros de Mapastepec.
Este traslado se realizó de forma voluntaria, dando prioridad a niños, madres, mujeres y personas en situación de vulnerabilidad.
Aunque algunos migrantes inicialmente rechazaron la propuesta, prefiriendo continuar su camino, el activista Luis Rey García Villagrán del Centro de Dignificación Humana (CDH) les informó sobre la posibilidad de iniciar un proceso de estancia regular en México.
Esto motivó a muchos, como el migrante hondureño Wilnber Abisai y su familia, a aceptar la propuesta del INM para regularizar su situación en México.
La decisión de los migrantes de subirse a los autobuses surge tras enfrentar un viaje arduo, con niños enfermos, mujeres embarazadas y personas discapacitadas en el grupo.
La dificultad del trayecto y la posibilidad de un proceso regularizador influyeron en su elección de aceptar la ayuda ofrecida por las autoridades mexicanas.
Este evento ocurre en un contexto donde las cifras de migrantes tratando de entrar a Estados Unidos a través de la frontera con México han alcanzado niveles históricos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) reportó la llegada de más de 2,2 millones de migrantes entre enero y noviembre del año pasado; destacando la magnitud del fenómeno migratorio en la región.
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