El presidente de Rusia, Vladimir Putin, seguirá en el Kremlin hasta el 2030 tras lograr el domingo su mayor victoria electoral desde que llegara al poder,
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, consolidó su dominio político en las elecciones y asegura su permanencia en el Kremlin hasta el 2030 .
Putin gana elecciones en Rusia
En lo que se considera su mayor logro electoral desde que asumió el poder; Putin ha obtenido el 87,2% de los votos, marcando una diferencia significativa respecto a la elección anterior en 2018.
Mandato que le permitirá avanzar en la campaña militar en Ucrania y sostener su confrontación con las potencias occidentales.
A pesar de los recientes conflictos y tensiones, como la polémica muerte del líder opositor Alexei Navalny en prisión y las incursiones fronterizas de Ucrania, la popularidad de Putin sigue sin disminuir.
Participación Histórica
Las elecciones presidenciales de este año han registrado una participación excepcional.
Con más de 98 millones de ciudadanos rusos acudiendo a las urnas, la cifra supera ampliamente la participación en elecciones anteriores.
Este incremento se ve parcialmente impulsado por los votantes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas, lo que ha sido objeto de crítica y sospecha por parte de la oposición y observadores internacionales.
Aunque la competencia fue nominal, con el comunista Nikolái Jaritónov y otros candidatos lejos del respaldo popular que recibió Putin; la exclusión de la oposición real por parte de la Comisión Electoral Central ha generado inquietudes sobre la legitimidad del proceso.
Afirmación del estilo soviético
La maquinaria administrativa del Kremlin, reminiscente de la era estalinista, ha sido desplegada a pleno rendimiento para asegurar el apoyo a la agenda militarista de Putin.
La alta participación y los porcentajes de apoyo en grandes ciudades y zonas conflictivas subrayan el control gubernamental sobre el proceso electoral.
Las acusaciones de manipulación electoral han aumentado debido a informes que indican que se presionó a empleados del sector público para que votaran y al uso generalizado de la votación electrónica.
Aunque las autoridades aseguran que la elección fue libre y justa; las acusaciones de fraude y la ausencia de observadores occidentales independientes generan incertidumbre sobre la transparencia del proceso electoral.
