A la luz de este nuevo estudio, deshojar margaritas quizás sea un gesto más femenino que masculino.
Salvando diferencias personales, esta reciente investigación concluye que las mujeres interactúan más con la naturaleza, ante la que son más sensibles y receptivas que ellos.
Según científicos de la Universidad St.
Thomas y de la Antioch University, en Estados Unidos, hombres y mujeres no se relacionan igual con el medio ambiente.
En este caso, al menos, parece que los roles sociales mandan, influyen en la percepción que los distintos géneros tienen de sí mismos y de lo que les rodea, sobre todo a nivel sensorial.
La recopilación y análisis de diferentes ensayos sobre la cuestión ha llevado a los científicos a concluir que el acercamiento a la naturaleza es distinto en hombres y mujeres, más allá de las diferencias físicas más obvias entre los dos sexos, Por lo tanto, no sería tanto el sexo sino las posteriores diferencias de género (sus roles sociales) las que más influyen en su percepción.
Por ejemplo, el estudio afirma que las mujeres son más propensas a interactuar con el medio y a disfrutar de las terapias que incluyen esta interacción.
Además, la tendencia es que las mujeres sean capaces de pasar más tiempo en la naturaleza, y con ello se sientan más en armonía consigo mismas, con la propia naturaleza e incluso su experiencia les haga ser más independientes y cuidadosas.
Ello se traduce en la mayor aceptación de sus cuerpos y en la crítica de los modelos impuestos por la publicidad y la sociedad moderna.
Es decir, la cosa sería algo así como: hola naturaleza, adiós a la esclavitud del 90-60-90.
Por cierto, esta diferencia entre hombres y mujeres también puede explicar por qué hay más féminas que varones que participan en la defensa del medio ambiente, concluyen los científicos.
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