Los accidentes han hecho mucho por la ciencia.
Un accidente nos trajo la penicilina en 1928, y un accidente nos ha traído un nuevo grupo de plásticos más fácilmente reciclables, de muy alta resistencia, que pueden ser manipulados para tener propiedades auto-recuperables.
Jeanette Garcia es investigadora en el Centro de Investigación Almaden, de la compañía IBM.
Mientras mezclaba compuestos químicos, intentando obtener plásticos más fuertes pero también fácilmente reciclables, olvidó añadir uno de los componentes.
Cuando Garcia regresó a su laboratorio encontró, al mejor estilo Fleming, su vaso de precipitado lleno de un plástico duro blanco que incluso había congelado la varilla de vidrio.
Así nacieron Titan e Hydro, dos polímeros termoestables, compuestos que adquieren ciertas propiedades cuando son expuestos al calor durante la producción.
Los polímeros termoestables son utilizados en muchas industrias, desde la fabricación equipos automovilísticos y aeroespaciales a dispositivos electrónicos.
Son muy resistentes pero también son difíciles de reciclar.
Sin embargo, estos nuevos polímeros se descomponen fácilmente en sus componentes originales.
Es decir, pueden ser fácilmente retransformados.
Debido a su reciclabilidad, estos nuevos plásticos podrían disminuir significativamente los residuos generados por los productos de consumo, así como en el embalaje industrial para componentes de microelectrónica.
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