Dentro de unos días, el próximo viernes 1 de enero, Fernando Alonso comenzará a poder trabajar oficialmente para Ferrari. Para conseguir mejorar su adaptación y evolucionar más rápido los coches, Ferrari le ha pedido un regalo adelantado a los Reyes Magos: un nuevo y gigantesco simulador de conducción profesional.
En la imagen de arriba podéis ver al probador del equipo, Marc Gené, a sus mandos. Esta máquina dispone de 10 procesadores, cinco pantallas gigantes de 3D y un equipo de sonido Dolby con unos 3,500 W de potencia, todo el equipo pesa más de 200 toneladas así que no es precisamente una consola de videojuegos portátil.
Los simuladores no podrán equipararse nunca al tacto y las sensaciones reales para los pilotos en pista. Sin embargo, este tipo de máquinas que llegaron a la F1 hace años van a recibir un impulso descomunal esta temporada. Con unos test y presupuestos limitados, ésta es la única manera de probar nuevos reglajes y tecnologías o lograr que los pilotos se aprendan al dedillo un circuito en el que jamás han estado. Andrea Bertolini, de Ferrari, ha sido el encargado de estrenar el volante de la máquina. PUBLICIDADPUBLICIDADToda la estructura interna del simulador está realizada en Moog, una mezcla de aluminio y en su interior alberga el cockpit de un monoplaza de F1. Sentado en su interior, el piloto tiene una sensación de inmersión total.Toda la carcasa pesa alrededor de 2.000 kg aunque está subida a un segundo simulador sísmico –de suspensiones- que actúa con diferentes válvulas y brazos hidráulicos que pesa casi otros 20.000 kg. Para alimentar todo este engendro es necesaria una potencia eléctrica de 174 CV. Más o menos lo mismo que un edificio de viviendas de 10 plantas mientras en cada piso se celebra una velada familiar como las de estos días. Vía
