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La historia de Josephine Cochrane, la mujer que inventó el primer lavavajillas automático

Pocas personas conocen la historia detrás del famoso electrodoméstico lavavajillas, la creadora de este elemento fue Josephine Cochrane en el año 1886.

¿Se ha preguntado alguna vez quién inventó todos estos objetos cotidianos y cómo era el mundo antes de su aparición? nos referimos a todas esas herramientas, dispositivos y aparatos sencillos pero ingeniosos que hoy nos parecen imprescindibles y nos ayudan a hacer cosas que de otro modo serían una carga.

Por ejemplo, pocos saben que detrás del famoso electrodoméstico lavavajillas se encuentra la historia de una mujer rica e ingeniosa que inventó su «criatura» en 1886, Josephine Cochrane.

Todos sabemos cómo es y cómo funciona este elemento, mucha gente tiene uno en su casa, pero la idea y la construcción de una máquina que lava los platos por nosotros es una de esas hazañas que han pasado a la historia, al igual que el genio que hay detrás.

La historia de Josephine Cochrane: inventó el lavavajillas

Josephine Cochrane, nacida en Ohio en 1839, procedía de una familia inclinada a la invención, su abuelo había obtenido una patente para el barco de vapor, por lo que se daban las condiciones para que ella se hiciera mundialmente famosa.

Bien acomodada y aficionada a cenar con muchos invitados, Josefina tenía sirvientes y, aunque no lavaba ella misma los platos, tenía intuición, sintió la necesidad de encontrar una manera de lavar su preciosa vajilla en un tiempo récord y sin dañarla, con esto en mente, su deseo se convirtió en una obsesión y se puso a diseñar su revolucionaria máquina.

«Si nadie lo hace, lo haré yo misma» es la frase de Cochrane que ha pasado a la historia, un claro testimonio de su determinación, después de medir los platos, construyó compartimentos para ellos, así como para tazas, cubiertos y platillos. Estos se colocaban en una especie de rueda que estaba, a su vez, dentro de una olla de cobre, un motor hacía girar el aparato, mientras que las bombas enviaban agua caliente y jabón desde el fondo, aunque «prehistórico» y rudimentario en comparación con los que conocemos hoy en día, nació el lavavajillas.

No hace falta decir que su invención causó un gran revuelo, no sólo entre los familiares de la mujer, sino también a nivel nacional y luego mundial. Tanto es así que Josephine no tardó en recibir pedidos de restaurantes y hoteles y, una vez patentado su concepto, el lavavajillas pasó a producirse a través de su empresa, que posteriormente se convirtió en KitchenAid.

Josephine es considerada universalmente como la inventora del lavavajillas, con todos los premios, elogios y reconocimientos que ello conlleva, aunque hay que admitir que alguien había pensado en una máquina similar antes que ella. Joel Houghton, por ejemplo, patentó en 1850 una máquina de madera con volante, que L.A. Alexander siguió en 1860 con un mecanismo de engranajes. Sin embargo, ninguna de estas máquinas resultó ser tan eficaz y mucho menos automática para lavar la vajilla como la de Cochrane.

La difusión de los lavavajillas en los hogares no comenzó hasta los años 50: antes eran un «lujo» reservado a restaurantes y hoteles.

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Contacto:
Verónica Silva Arteaga

Comunicadora Social.

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