La Federación Europea de Balonmano ha impuesto una multa a las jugadoras de balonmano de Noruega porque jugaron en mallas. Es una sanción de 1.500 euros.
La Federación Europea de Balonmano (EHF por sus siglas en inglés) ha impuesto una multa a las jugadoras de balonmano de Noruega porque jugaron en mallas. La sanción de sanción de 1.500 euros fue porque las jugadoras compitieron con una parte inferior que excedía los «diez centímetros en los laterales».
El equipo de balonmano femenino se habían quejado por la indumentaria reglamentaria que deben llevar, muy diferente a la de equipos masculinos. Decían sentirse «innecesariamente sexualizadas e incómodas» en los partidos.
Consideraban la indumentaria obligatoria discriminatoria, anticuada, que sexualiza gratuitamente a la deportista y que incluso podría resultar negativo para el desarrollo de este deporte.
Las protestas antes y durante el torneo no tuvieron el efecto deseado pues la Federación Europea de Balonmano ha multado al equipo.
Multa al equipo de Balonmano femenino de Noruega
Cada jugadora ha sido multada con 150 euros por usar pantalones cortos en vez de la parte inferior del bikini. Los partidos se jugaron el fin de semana y el lunes 19 de julio la Federación Europea de Balonmano impuso la multa.
Las jugadoras usaron pantalones cortos para el partido por la medalla de bronce contra España en el Campeonato Europeo de Balonmano Playero en Varna, Bulgaria.
Cómo dice la FIB que debe ser la equipación de balonmano femenina
Según la Federación Internacional de Balonmano «las jugadoras deben llevar bikinis inferiores con talla ajustada y corte en ángulo ascendente hacia la parte superior de la pierna. El lado ancho debe ser de un máximo de 10 centímetros«. En el voley playa la norma reducía la tela aún más, a solo 6 centímetros. En los torneos nacionales, las jugadoras noruegas pueden llevar pantalones cortos.
El equipo masculino puede llevar pantalones cortos de hasta diez centímetros por encima de las rodillas, siempre que «no sean demasiado holgados».
El equipo llevaba semanas planeando no seguir el protocolo que exige la FIB, pues se sentían incómodas. «No veo por qué no podemos jugar con pantalones cortos», dijo Martine Welfler, una de las jugadoras noruegas. «Con tanta burlas por el cuerpo y cosas así hoy en día, deberías poder vestir un poco más cuando juegas».
«Las mujeres deberían tener derecho a tener un uniforme que consideren adecuado para actuar en su deporte», confesó Lio, de la Federación Noruega de Balonmano.
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