El empresario catalán dejó una huella imborrable en el mundo empresarial y cultural.

Temas cubiertos
Un legado empresarial significativo
José Felipe Bertrán de Caralt, un nombre que resonó en el ámbito empresarial español, falleció el pasado jueves en Barcelona a la edad de 98 años. Nacido el 16 de noviembre de 1926, Bertrán de Caralt fue un destacado miembro de una de las familias más influyentes de la capital catalana.
Su carrera estuvo marcada por su papel como vicepresidente de Aigües de Barcelona y su participación en el consejo de administración de Agbar. Además, fue vicepresidente de la cementera Asland y presidente de Pirelli en España, lo que lo consolidó como una figura clave en el desarrollo empresarial del país.
Un hombre de arte y educación
Más allá de su éxito en los negocios, Bertrán de Caralt era un apasionado del arte y un firme defensor de la educación. Su conexión con la escuela de negocios IESE fue profunda, donde no solo cursó un programa de alta dirección, sino que también presidió la asociación de antiguos alumnos en los años 70. Su compromiso con la educación se evidenció a través de su apoyo financiero a cátedras de emprendimiento y liderazgo público en la misma institución. Este vínculo con el IESE perduró hasta 2017, demostrando su dedicación a la formación de futuras generaciones de líderes empresariales.
Controversias y desafíos personales
A pesar de su éxito, la vida de Bertrán de Caralt no estuvo exenta de controversias. En los años 90, se convirtió en una de las principales víctimas del juez Pasqual Estevill, quien fue acusado de extorsionar a numerosos empresarios. Bertrán de Caralt fue acusado de un delito fiscal y se le exigió una suma exorbitante para evitar la cárcel. Sin embargo, se mantuvo firme y no cedió al chantaje, lo que resultó en su encarcelamiento durante más de un año. Años después, se convirtió en un testigo clave en el juicio contra Estevill y su abogado, Joan Piqué Vidal, lo que subraya su valentía y compromiso con la justicia.
Un compromiso con la cultura y la sociedad
Los que conocieron a Bertrán de Caralt destacan su generosidad y su amor por el arte. Colaboró como donante con instituciones culturales como el MNAC, el Macba y el Museo del Prado, donde fue patrono. Su implicación política también fue notable, especialmente durante la transición española, donde trabajó en estrecha colaboración con la Corona. A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida, sus allegados recuerdan su capacidad para superar adversidades y su dedicación a su ciudad y su país.